“Yo hace varios años que trabajo de forma remota, a través de distintas plataformas de Internet, sólo que ahora la virtualidad se consolidó con este tema de la pandemia. Hace mucho que es posible trabajar desde tu casa, desde un auto, en un aeropuerto, incluso cuando te vas de vacaciones; pero ahora se hizo una obligación, porque no podés ir a un estudio de grabación, no podés viajar en colectivo…”, argumentó.
Para graficar cómo se abrió el campo laboral para los locutores en los últimos tiempos, ejemplificó que “ayer grabé un comercial desde mi auto: paré en una estación de servicios, abrí mi computadora, conecté mi equipo remoto de grabación y pude solucionar una necesidad urgente que tenía el cliente”.
Además, de un día para el otro, pasaron a poder trabajar para todo el planeta: “Nos pasa que grabamos en lo que se llama castellano neutro, entonces nuestras voces están en Perú, en Colombia, en Venezuela, en toda Latinoamérica. Antes, cuando te recibías, lo más probable es que trabajaras sólo en la ciudad donde estabas, o en tu provincia, pero no más lejos que eso; hoy te conectás a Internet y podés trabajar para cualquier lugar del mundo”.
“Hoy, una computadora y un micrófono USB, o en algunos casos un teléfono celular con micrófono especial, es todo lo que necesitás para una grabación de alta calidad, lista para salir en televisión, en radio, en las redes sociales, casi sin diferencia respecto a un estudio fijo”.
En este contexto, “el mayor desafío para el locutor es entender en qué lugar está y cuáles son los requerimientos que tienen hoy el público y las empresas que generan contenidos: hay que estar preparados, capacitarse, estar enterados de lo que pasa en el mundo y cómo eso que pasa en el mundo podés utilizarlo para seguir trabajando”.
“Es un trabajo difícil: implica una inversión muy fuerte en equipos de calidad y en capacitación personal, que muchas veces no se traduce en salarios o pagos que reconozcan ese esfuerzo. No es solamente una bonita voz preparada para leer un comercial, sino un profesional integral con muchos conocimientos técnicos y humanísticos”, sentenció.
20 años
Federico Moreira recuerda que “en séptimo grado, cuando nos preguntaron al terminar la primaria qué queríamos ser de mayores, yo ya sabía que quería esta profesión y nunca dudé de eso, siempre me atrajeron los medios de comunicación y siempre me pareció que la voz es la herramienta más fantástica para poder comunicar”.
Teniendo tan definido de antemano su futuro como locutor, “mi mamá me apoyó siempre, ella intentó ser locutora en una época en que no existía la carrera, siempre entendió esta necesidad que yo tenía y me instó a que me capacite”.
Este año cumple 20 años de trabajo en la provincia, en la Argentina y para muchas empresas del mundo. Su primer trabajo fue en la FM Santa María de las Misiones (la radio de PRIMERA EDICIÓN), cuando aún no estaba recibido, y “siempre trabajé de esto, en distintos rubros, pero nunca me tuve que dedicar a otra cosa”.
Más allá de que sigue abarcando una amplitud de trabajos periodísticos, publicitarios y artísticos, a lo que más tiempo dedica actualmente Federico es a la actuación de voces.
“Con el tiempo nos fuimos transformando de locutores a actores de voces, que es algo más completo, que te permite hacer la voz de un personaje de película, la voz de un comercial, un informativo o una contestadora automática. La voz como herramienta de trabajo puede amoldarse a los requerimientos de cada pieza comunicacional”, sentenció.