El intendente local, Carlos “Cali” Goring, reconoció que el contrabando de soja, tabaco y herramientas de trabajo es una cuestión cultural muy arraigada a la costa del río Uruguay y los productores no lo ven como un delito.
“Cada uno compra donde le alcanza el bolsillo”, dijo y reclamó que es necesario una ley o algún marco legal para evitar la persecución de las fuerzas federales (Prefectura y Gendarmería) a los vecinos de la zona.
En declaraciones efectuadas ayer a Radio República, el dirigente del Partido Agrario y Social (PAyS) se refirió al incidente del viernes a la madrugada cuando Prefectura irrumpió en un claro de la costa y secuestró dos canoas y una camioneta, no hallando soja en el lugar, pero luego se dirigió a una chacra a 600 metros donde hizo lo propio con un tractor.
Al amanecer, unos 50 productores enfurecidos se congregaron en la chacra del afectado y luego recuperaron la máquina por la fuerza, enfrentándose a una docena de prefectos. Goring aclaró que ese tractor no fue traído esa noche porque “yo conozco a la familia y sé que ese tractor tiene más de dos años en la chacra”.
El intendente dijo que habló aquel día con el jefe de la Prefectura y le dijo que “está muy bien que hagan los operativos en la costa” pero respecto de ir a las chacras “debería ver bien porque se están involucrando cosas (el tractor) que no estaban involucradas en el supuesto contrabando de ese día”.
Según el dirigente, ese tractor fue comprado de Brasil “hace dos años” y se usa para trabajar la tierra en la chacra. “No es un lujo ni algo que se trae para revender”, justificó.
Admitió también que el comercio “de costa a costa” es algo “cultural” y muchas familias que viven en la costa “pasan la soja, van y vienen, buscan la semilla del otro lado del río, plantan, a veces hay intercambio con alguna maquinaria, un tractor o alguna sembradora”, relató.
Contó que el intercambio de productos “viene desde siempre, no se puede esquivar” pero al respecto del incidente del viernes aclaró que “yo no sabría decir si el productor estaba pasando (soja), el productor me dijo que no. La Prefectura sólo encontró restos de semilla en la costa pero no agarraron soja en la costa ni en el barranco, no puedo afirmar si pasaron o no”. El intendente reconoció que en la zona “hay muy pocos tractores nacionales, los restantes son todos importados. No podemos tapar algo que no se puede”.
Y recordó que “por eso siempre tuvimos la idea de hacer una ley, que sea avalada por Nación o Provincia que nos permita comprar herramientas de trabajo de Brasil pasando por la Aduana, con eso no pasaría lo que está pasando ahora”.
Señaló que “los productores tienen miedo de que las fuerzas empiecen a recorrer las chacras de la costa, ir a las casas a buscar los tractores. Acá los tractores se usan para trabajar, tenemos la Capital del Ananá, se produce mamón, tabaco, los tractores se compran con mucho esfuerzo”, dijo.
Lo cierto es que la tensión viene creciendo por los operativos federales y también porque los operativos siempre apuntan a pequeños productores pero “no tocan” a una banda que construyó un negocio trayendo entre 10 y 20 camiones diarios de soja de provincias como Chaco o Formosa. “A esos nunca los persigue la Prefectura”, dijo un productor de la zona.