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Los Adultos mayores cumplen un importante papel dentro de la sociedad, sobre todo en la formación y enseñanza de niños y jóvenes, quienes se nutren de esas experiencias, sabiduría y valores.
Una función que quiso ser destacada por los docentes de la Escuela Jardín Modelo y directivos de la Biblioteca Popular del barrio 2 de Abril, de Posadas.
Los mismos organizaron una jornada solidaria y de fortalecimiento de esos lazos generacionales, entre los alumnos de nivel primario y miembros del Club de Abuelos “Fortaleza” quienes compartieron un grato momento, a través del Zoom. Además, se realizó una campaña para recaudar ropas, alimentos no perecederos y artículos de primera necesidad, que serán entregados a los abuelos, el próximo viernes 28.
Los directivos y docentes expresaron su satisfacción y consideraron la reunión virtual como “un honor y un orgullo para la institución” para que los jóvenes compartan esta experiencia, donde se valora al adulto mayor.
El principio de la charla estuvo a cargo de un alumno que expuso la poesía “Abuelo querido”, que reflejó de alguna manera ese sentimiento especial entre: abuelos y nietos.
Enseguida llegó el turno de Leoncio Ferrer de 96 años, quien contó a los alumnos sobre sus comienzos en la localidad de Oberá, junto a su padre cuando la mayoría de los caminos, era picadas, y como después se desempeñó en el Alto Paraná y en el Puerto de Buenos Aires. Incluso formó parte del equipo de trabajo que construyó en la década del 60 el Anfiteatro Manuel Antonio Ramírez de Posadas.
Enseguida habló, Ernesto Yung, quien definió al Club de Abuelos como una segunda casa, y recordó a sus nietos y bisnietos, quienes también se hacen eco de sus historias, y expresó una profunda emoción al ver el interés que despertaba en los niños estas charlas. Yung comentó que llegó a Posadas, siendo muy joven, proveniente de la localidad de Bonpland, y rápidamente se desempeñó como repartidor de carne y más tarde como mozo en los legendario bares y pizzería de la Capital como: Bar Español, La Gran Vía y Cava, entre otros.
Más tarde tuvo la palabra Irma Muller, quien contó su infancia junto a su padre y sus hermanos, en la localidad de Alba Posse, donde todos los días caminaba más de siete kilómetros para llegar a la escuela. Relató que un domingo fue con su hermano a pescar a un arroyo, en plena selva, cuando de pronto fueron sorprendidos por un yaguareté, quien no vio la necesidad de atacarlos.
Irma recordó que asustados huyeron del lugar rumbo a su hogar donde le contaron lo sucedido a su padre, quien le había advertido previamente, que no debían alejarse y, según él, el animal no los atacó, porque no tenía hambre en ese momento.
Cada una de esas historias, eran escuchadas muy atentamente por los alumnos, quienes a través del Zoom comenzaron hacer preguntas, cuyos protagonistas respondían animadamente.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, el director de la Biblioteca 2 de Abril comentó que “al generar el proyecto junto a la escuela Jardín Modelo, la idea fue concientizar a los chicos, padres y docentes sobre la importancia del adulto mayor”.
“Todos vamos a llegar a esa edad, y a esa situación y más en estos tiempos de pandemia, a ellos se les hace muy difícil, porque el su Club era el único punto de reunión que tenían”, explicó Rivas.
Al consultarle sobre la charla, comentó que al principio “fue un desafío muy importante porque nos costó que el abuelo venga a charlar frente a una computadora, aunque luego de esta experiencias me pidieron para llevar a cabo otras reuniones” expresó.
En este contexto de aislamiento, vale agregar que la charla fue de suma importancia para los abuelos, quienes pudieron y sentirse parte importante del proyecto: “La Biblioteca lo que intenta es revalorizar al adulto mayor y que estos a su vez tengan un espacio en este mundo de tecnología”, finalizó Rivas