Sin duda muchas personas acuden a un gym, club o practican algún deporte para pertenecer a un grupo. Practicar una disciplina en un espacio donde se sienten cómodos, tiene sus beneficios más allá de los objetivos físicos.
Se genera un compromiso, con el otro. Esto hace que muchas veces, no tengamos ganas de entrenar pero igual lo hacemos para no fallar a mi compañero. Sentir que alguien nos está esperando es sin duda una gran motivación para cumplir.
Podemos entrenar de manera más divertida y dinámica. Una caminata, un paseo en bici o lo que elijan hacer puede resultar un momento especial en el día.
¿Sabías que más del 40% de las personas que comienzan una actividad la dejan al poco de empezarla cuando la empiezan solas? Sin embargo, cuando lo empiezan con un amigo, la tasa cae al 6%. Esto sugiere que una de las mejores razones para entrenar con amigos es la interacción social. La gente que entrena junta crea una identidad de grupo y ya no se sienten solos.
Muchas parejas también disfrutan de entrenar juntos y compartir un espacio de recreación, y ayudándose entre los dos a cumplir con el momento diario destinado al movimiento, fortaleciendo el vínculo y destinando momentos a tener actividades en pareja
Motivación permanente. Si estás a punto de rendirte, un compañero de entrenamiento puede ser realmente importante, porque te ayudará a recuperar la motivación. Un reto deportivo entre amigos te ayudará a dar fuerzas el uno al otro y a superar sus límites. En Inglaterra se llevó a cabo una encuesta sobre hábitos deportivos entre mujeres.
El estudio concluyó que un 64% de las mujeres que entrenan con sus mejores amigas tenían más probabilidades de llevar sus entrenamientos al límite, en comparación con las que entren solas.
Muchas personas comienzan una actividad física, la cual dejan al poco tiempo. Buscar el mejor momento del día, cuando tengo más energías y no voy a ponerme alguna excusa. Un lugar que esté cerca de mi casa para poder asistir de manera simple. Una disciplina o actividad que me guste y entretenga, y por supuesto un profesional que me cuide y sepa ir guiarme para sacar lo mejor de mí.
Sumado a poder asistir con un buen compañero/a hacen del plan algo casi perfecto, y sin duda nuestra motivación fluctúa, pero saber que es fundamental hagamos algo para nosotros nos dará el empujón para ponernos las zapatillas e ir a entrenar.