Los actos de buena voluntad que somos capaces de hacer, aquellas promesas que cumplimos, las verdades que asentimos y no tergiversamos y todo aquello que nos va llevando a tener una coherencia en el sentir y actuar, volviéndonos de esa manera confiables, no solamente con los otros sino con nosotros mismos.
De esa manera al creernos y no mentirnos, como es adentro es afuera, los demás también nos ven, nos respetan y nos creen. Nos hemos vuelto confiables no sólo para los otros, para nosotros mismos y para todos los reinos de la naturaleza: las plantas y los animales. Hemos encontrado nuestro lugar en el sistema mayor.
Así es cómo entramos en concordancia con nuestra alma y no tenemos dobles mensajes. Dejamos de estar divididos y cesa la lucha interna, que por ser interna y no verla en nosotros necesitamos trasladarla afuera. Finalmente, todo cesa en el amor y reina la paz.
Así surge el autogobierno, sólo somos capaces de hacernos cargo de nuestra evolución de vida cuando podemos ejercer nuestro gobierno interno, el que sucede en nuestra mente alineada con nuestro corazón, tarea titánica.
Es tanto lo que cada uno tiene que realizar sobre sí mismo que es una pérdida de tiempo y esfuerzo dirigir nuestras acciones hacia el otro, ya que cada uno carga con su propio programa de vida, evolución y aprendizaje.
Es así como vamos dejando de lado al niño quejoso, a nuestra parte crítica y comenzamos a entregarnos al presente. Momento crucial de nuestras vidas donde surge el yo adulto, ese que vive solo en el presente, ese que aceptando todo como es elige tomar el poder de transformarse.
Todo esto nos sucede cuando hemos despertado a la conciencia, al escuchar esa voz que nos habita podemos darle crédito.Dejar de vivir en el niño que reclama y exprime a sus padres, dejar de querer comandar a otros no respetando sus voluntades es parar y vernos a nosotros mismos.
Es allí donde la vida se manifiesta en el interior de cada uno de nosotros. Ese es el momento de florecer no sólo a la vida, a la conciencia que siempre está allí esperando dirigir la evolución de cada uno de nosotros, hacia donde habitan los reinos de la belleza, que siempre están en nuestro interior.
Transforma tus pensamientos, une tu mente al corazón. La voz te guiará y despejará el camino hacia el interior.