
Olivio Correa tiene 48 años y ayer se retiró condenado a tres años y ocho meses de prisión por la muerte en un siniestro vial, de dos gendarmes de 24 años, Marcos Sebastián Benítez y Alfredo Boscarino.
El juez Correccional y de Menores 2, César Raúl Jiménez, en función de tribunal unipersonal lo halló culpable por “homicidio culposo, dos hechos” y sentenció a prisión efectiva a partir de que su decisión quede firme por los estrados superiores a los que recurriría la defensa. En caso que esta condena se ratifique, el mismo conductor de colectivos deberá cumplir con cinco años de inhabilitación para manejar o conducir cualquier vehículo a motor.
Lo llamativo en cuanto a la reacción de Correa tras el fallo que escuchó al lado de su letrado defensor, Carlos Contristano, fue que se retiró de la sala de audiencias de los juzgados correccionales, detrás del Palacio de Justicia por avenida Centenario, con las mismas prerrogativas y beneficios que un alto funcionario judicial, desde la puerta de la sala subió a su Peugeot 307 negro y lo aceleró raudamente por la estrecha calle de salida del predio.

Por el mismo acceso pero a paso lento a pie se retiró la madre del subalférez Benítez, acompañada por otras mujeres y con las lágrimas cayéndoles del rostro.
A las 11.10 la decisión del juez Jiménez fue leída en el recinto, tras las respectivas rondas de alegatos, réplicas y dúplicas, de la fiscal María Laura Álvarez y el defensor mencionado.
Contristano había solicitado la “absolución de culpa y cargo” para Correa. Alegó principalmente sobre el nivel de alcohol en sangre que tenía Marcos Benítez al mando del Volkswagen Gol que condujo antes del impacto con el colectivo media distancia con el acusado al volante a las 7 de la mañana del domingo 1 de noviembre sobre la ruta nacional 12 en el carril de sentido Santa Ana hacia Loreto.
Correa era chofer de un micro de la empresa Expreso Aristóbulo del Valle que había partido de Puerto Iguazú con destino a Posadas.
Según el alegato defensivo, Benítez condujo zigzagueando el automóvil. Aunque ninguna pericia lo habría dejado probado en debate. Su nivel de alcohol en sangre fue de 0,85 cuando el margen permitido por entonces era de 0,50 según la ley nacional de tránsito.
Contristano aseguró que Correa frenó el colectivo y en esa maniobra se produjo el “impacto excéntrico, vértice con vértice” de ambos vehículos y que el transporte de gran porte sólo traspuso “diez centímetros” su carril permitido y que tal cruce intentó hacerlo para evitar el choque.
La fiscal en cambió, solicitó que Correa sea condenado por la misma acusación a cinco años de prisión efectiva, máximo previsto para el tipo de homicidio. También pidió el doble de años de inhabilitación para conducir.
El juez Jiménez ordenó en su fallo que se difiera el cumplimiento de la pena impuesta hasta tanto se defina su ratificación. Para presentar a las partes los fundamentos respectivos a su decisión, habrá que esperar hasta el miércoles 2 de septiembre a las 10.
“Que no vuelva a manejar”
Nidia Benítez, madre de Marcos, el gendarme de 24 años que condujo el Volkswagen Gol colisionado de frente y a más de 120 kilómetros por hora el 1 de noviembre de 2009 sobre la ruta nacional 12, ayer dialogó con PRIMERA EDICIÓN tras el veredicto del juez Jiménez.
“Me da por un lado cierta tranquilidad que lo hayan condenado, pero por otro lado siento impotencia porque esperaba que le den el máximo de pena que prevé la ley”.
“De todas maneras agradezco a todos los que ayudaron a conseguir un poco de justicia por mi hijo. Marcos tenía apenas 24 años y un proyecto de vida de enorme. Era un buen hijo, responsable y familiero”.
Sobre le lapso de tiempo esperando por el juicio o una salida judicial para reparar el daño que sufrió su familia, remarcó: “Nadie sabe lo que fueron estos diez años esperando este maldito juicio, hasta llegar a una condena para este malvado y mentiroso (por el acusado Correa). Que no maneje nunca más, no lo permitan, que no mate a ni un chico más en la ruta. Ya mató a mi hijo y dijo que venía zigzagueando. No fue así. No frenó y terminó con el colectivo encima del auto de los dos chicos”.
“Ojalá hubiera visto el mundo como lo despidieron en San Ignacio a mi hijo y no cómo este sujeto se la pasó más de diez años riéndose de una familia en ruinas”.