Vemos las publicidades de diferentes productos para uso personal haciendo referencia a mejorar nuestra imagen. En los puntos de la autoestima hay uno que es verse bien, ahora cuando nos venden algo para “mejorar” como si fuera que hay algo para arreglar o cambiar, me pregunto ¿qué vemos en nosotros creyendo que siempre hay algo para mejorar?.
Encontré este diálogo en el libro “El caballero de la armadura oxidada” que refleja algo sobre esta reflexión:
Pero los humanos somos distintos -protestó el caballero- tenemos mente. Nosotros también tenemos mente -declaró la ardilla, un tanto ofendida. Lo siento.
Es sólo que los seres humanos tenemos mentes más complejas que hacen que deseemos ser mejores -explicó el caballero.
¿Mejores que qué? -preguntó Merlín. Mejores de lo que somos -respondió el caballero. Nacéis hermosos, inocentes y perfectos.
¿Qué podría ser mejor que eso? Demandó Merlín. ¡Qué podría ser mejor que esto!
Nuestro cuerpo es perfecto, una maquinaria que tiene la capacidad de generar vida y autosanarse. Sin embargo siempre estamos creyendo que hay algo en nuestro cuerpo que podemos mejorar.
Cuando digo esto no es para no cuidarse sino para valorar nuestro cuerpo, amarlo y agradecer vivir en él. Pareciera que la perfección tiene que ver con una foto editada que es lo que solemos ver en la web.
Al ver nuestra piel sólo puedo ver perfección, a pesar del paso del tiempo, la belleza de la capacidad de regeneración que tiene al hacernos una herida.
Al comer algo que nos hace mal, el cuerpo se encarga de sacarlo, ¡cómo no ver la perfección ahí!.La formación del bebé en la panza de la madre. Es perfecta no hay que sacarlo antes ni dejarlo más tiempo, no agregar nada ni sacar nada.