Los versos más hermosos
déjanse ver a través de Tus ojos
cuando me permito ver
en cada amanecer
la dulce brillantez
cubriéndome de cabeza a pies
desde el principio al final
con Tu Amor incondicional.
Veo cómo haz tejido con sabiduría
cada uno de mis días,
llenándolos de alegrías,
a veces de nostalgias,
o curando todas mis ansias.
Subiendo y bajando,
Tus enseñanzas fui amalgamando
convirtiéndome en este ser humano
mezcla de celestial y mundano.
Te pido hoy Padre tomes mi mano
retornándonos a casa con mis hermanos,
que si Tú los has puesto en mi camino
es para que los lleves a igual destino.
Sé que la tarea autoimpuesta
fue por ambos compuesta,
por esto, ante las asechanzas del maligno
haz mis palabras y accionar dignos
a Tu sagrada figura
para que ellos puedan elegir con holgura
la senda segura.
Primera estrofa: el amado se dirige a su Creador con el infinito amor que Él le provoca, en palabras que dejan entrever el goce que le produce el poder ver todo a través de Sus ojos.
Segunda estrofa: aquí mira hacia atrás y lo reconoce como el hacedor del entramado de su vida, cuando un punto iba para arriba y otro para abajo, cuando lo sostenía en Su mano o curaba sus heridas, pudiendo ver además, el hilo de la enseñanza conectando cada situación de tal manera que hoy pueda verse en el ser angélico en que se convirtiera.
Tercera estrofa: pide al Padre que cuando el Reino esté cerca lo tome de la mano y con él la de los hermanos, pues entiende que en su misión de alma, cada ocurrencia, cada encuentro fue por ambos programado, por lo que en estos tiempos en que el maligno está desesperadamente tratando de cosechar almas, haga de sus actos y palabras un reflejo Suyo para que el amor que ellos inspiren, sirvan de ejemplo a seguir convirtiéndolo en el camino.
Esto me recuerda a esa parte de los Evangelios en que Jesús pide al Padre que cuide de los suyos cuando Él no esté y esos suyos somos nosotros y los esenios, que han vuelto a nacer en esta época, son los que nos guían en este plano, mientras que los ángeles, Jesús y maestros ascendidos como Él, lo hacen desde los otros planos.