Podrán pasar los años y la tan esperada estación siempre es motivo de alegrías. Recuerdos de aquellos días de encuentros cada 21 de septiembre en parques, plazas y tal vez en una casa, que se reunían y se divertían para festejar.
Entre flores, música y el amor siempre presente. Era y será el día en que florecen los sueños, los encuentros. Llamados telefónicos desde lejos, de cerca estarán para recordar ese gran día.
Pero hoy no será igual, nos tocará vivirla a través de la tecnología que permitirá saludar con el mismo amor, añorando ese abrazo profundo, pero igualmente vale saber que están.
Hasta que llegue el día que Dios diga: “Ya pasó la pandemia”. Será entonces que podremos festejar no sólo el día de la Primavera sino todas las celebraciones que, para cuidarnos hemos pospuesto en bien de todos.
Por Cristina Leites