La ciudad de San Pablo, la mayor urbe de Brasil y Sudamérica y uno de los focos de la pandemia, anunció hoy jueves el regreso, a partir del 7 de octubre, a las clases presenciales convencionales en la educación superior y universitaria, y de las actividades de apoyo y extracurriculares en jardines y escuelas primaria y secundaria.
En Río de Janeiro, en cambio, la autorización para el regreso presencial a las facultades fue determinada anoche por el Tribunal Regional de Justicia, la máxima instancia regional, aunque por el momento no existe instrumentalización de la medida.
En San Pablo, la decisión fue anunciada por el intendente, el centroderechista Bruno Covas, candidato a la reelección en los comicios municipales del 15 de noviembre pese al rechazo de los sindicatos de docentes y del 81% de la población, de acuerdo a las encuestas.
El regreso es obligatorio apenas para la comunidad universitaria y terciaria pero no para los alumnos que no quieran asistir a las clases de cursos extras o de apoyo tanto en escuelas públicas como privadas a partir del 7 de octubre.
“Ya no tiene más sentido que no se pueda dar clases presenciales en las universidades“, dijo Covas en conferencia de prensa.
Las clases presenciales obligatorias en escuelas primarias y colegios podrán retornar -están suspendidas desde fines de marzo- a partir del 3 de noviembre.
San Pablo es la ciudad donde el 26 de febrero se detectó el primer caso confirmado en América Latina. El estado homónimo, el más rico y poblado de Brasil, es el epicentro de la pandemia en el país, con más de 33.000 muertos.
Covas informó que el más reciente estudio serológico indicó que 244.000 alumnos de la red pública y privada ya tuvieron contacto con el virus, entre ellos 66% en forma asintomática.
El estado ya posee un 20% de los municipios, los pequeños y alejados de las grandes ciudades con clases presenciales restringidas.
En Brasil, las clases presenciales dependen de que cada municipio cumpla las exigencias de los estados (provincias): reducción de contagios en cuatro semanas y ocupación reducida de las camas de terapia intensiva.
Desde julio, la ciudad de San Pablo está reabriendo actividades a tal punto que actualmente se instrumentaliza el regreso a la actividad de cines, teatros y circos.
Un sondeo de la ONG Rede Nossa Sao Paulo indicó que el 81% de los habitantes de la ciudad no están de acuerdo con el regreso a las clases presenciales por temor al contagio del virus.
En paralelo, el estado de Amazonas, que en abril y mayo estaba colapsado en sus hospitales y cementerios, ha regresado en su totalidad a las clases presenciales, aunque con el 40% de ocupación de los espacios.
En medio de esta reapertura, un 20% de los docentes se contagiaron desde agosto en la ciudad de Manaos, según la secretaría de Salud del municipio.
Otro estado amazónico que estuvo al borde del colapso, Pará, retomó las clases en su capital, Belén, y su conurbano.
San Pablo es la ciudad de Brasil con más universidades tanto públicas como privadas y alberga en el municipio a la Universidad de Sao Paulo, una de las mejores de América Latina.
Fuente: Télam