Llaman la atención por su color, consecuencia de los novedosos, exóticos y hasta misteriosos ingredientes que incluyen. No manchan la piel ni dejan restos oscuros. Son las black creams (o cremas negras), cuya proliferación las eleva a categoría de tendencia cosmética.
Lo que llama la atención es su color, poco habitual en cosmética, donde las texturas comunes son blancas, beige y traslúcidas.
¿Qué se esconde detrás de esta sorprendente tonalidad? Activos que, por su capacidad de supervivencia a condiciones extremas, su lugar de origen (parajes recónditos y casi misteriosos) y sus cualidades naturales son altamente beneficiosos para cuidar la piel.
Activos inmortales
Hay plantas como la myrothamnus flabellifolia (que regenera y tiñe), entre otras especies, que se dan de manera natural en hábitats de condiciones ambientales extremas. También existen colorantes como el carbón black, que hasta ahora se utilizaba fundamentalmente en máscaras de pestañas.
Es curioso que se utilicen también en cosméticos cuya finalidad es blanquear. Pero esto no es magia sino el privilegio que la naturaleza concede a algunos elementos.
El polvo de carbón permite eliminar las impurezas de la piel ya que es muy fino y astringente. El silicio presente el nuestro organismo, cuyas reservas disminuyen con la edad, es indispensable para la síntesis del colágeno, la elastina o el ácido hialurónico. Por tanto, el aporte de este componente puede ser eficaz para combatir el envejecimiento.
Los silicatos derivados de este mineral, muchos de ellos de matices grisáceos, se hallan en la mayoría de productos antiaging.
Entrando en el lado oscuro
Profundidades marinas, desiertos lejanos, cráteres de volcanes. Sea cual fuere su origen, estos ingredientes negros suelen resultar inaccesibles porque cada uno, es un superviviente. Son capaces de renacer bajo las condiciones más extremas y en lugares donde nadie querría estar. Su secreto es la esencia de algas únicas, una fusión de dos activos preciosos procedentes del mar.