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El día que comenzó la cuarentena Sebastián estaba en un micro camino a Misiones y lo bajaron para informarle que no podía entrar a la provincia. Era 21 de marzo y el presidente Alberto Fernandez había dictado una estricta cuarentena para evitar la propagación del COVID-19. Sebastián, pese a ser posadeño no podía volver, entre otras cosas para reencontrarse con su esposa, porque su domicilio legal está declarado en Virasoro (Corrientes).
“Pese a tener el certificado de matrimonio y otros papeles de la vinculación legal no me permitieron seguir. Supuestamente tenía que tramitar un permiso municipal del pueblo donde está radicado; sin embargo aún después de tener todos y cada uno de los permisos tampoco conseguí la libre circulación.
Para ver a mi esposa tengo que hacer 14 días de cuarentena y al volver a Virasoro pasar otros 14 días aislado. Por tener contacto conmigo, mi mujer también tendría que hacer cuarentena y no ir a trabajar. Es una complicación tras otra”, dijo a PRIMERA EDICIÓN.
Actualmente Virasoro tiene tres casos pero cuando no había ninguno y supuestamente tampoco estaban dictadas las restricciones y había libertad para circular, “la verdad es que la realidad siempre fue otra”, informó el hombre.
Sucede que cada vez que venga a verla tiene que aislarse por casi un mes: 14 días en Misiones y otros 14 en Corrientes y él reclama una solución más superadora.
“Somos muchos compañeros de trabajo quienes estamos en la misma situación. Uno de los nuestros que inclusive trató de pasar con un certificado de salud de la madre, quien está enferma y tampoco lo pudo hacer”, cuestionó.
Explicó Sebastián: “Si yo voy a Misiones mi esposa se tiene que aislar y ni siquiera puede ir a trabajar o a cuidar de su papá. No podemos estar metiéndonos en cuarentenas de un mes por tratar de vernos, deberíamos poder resolver de otra manera”.
“No tengo problema en hacerme el hisopado, pero una vez que salga negativo me parece un despropósito quedarme en cuarentena, deberían permitir una libre circulación. ¿Cómo puede ser que para ir deba hacer cuarentena y para volver a mi lugar de trabajo y volver a hacer cuarentena? Es imposible”, se quejó.
“La gente no se da una idea lo que es estar separado de su cónyuge. Mi esposa está, por suerte, con su familia pero estar así te deja en una situación emocional muy complicada, entre semana entre el trabajo y el cansancio los días pasan, los fines de semana son terribles, muy complicado”, comentó angustiado.
Sebastián tiene domicilio en Corrientes porque trabaja hace 11 años en una empresa privada. Está casado con su pareja hace seis años pero convive con ella 18 años. Anterior a la situación de cuarentena, Sebastián viajaba todos los fines de semana para verla.
“Fue algo que comenzó por 14 días (por la cuarentena) ya estamos hace seis meses pero sin fecha de salida ni de solución”.
Otra historia semejante la contó Eva, desde su red social de Facebook, donde se solidarizó con la pareja entre la misionera y el paraguayo porque ella se encuentra atravesando una situación parecida, según dejó testimonio en la publicación que hizo este Diario del caso.
“Yo llevo seis meses también sin ver a mi esposo, se cambió el domicilio para poder trabajar en blanco en Buenos Aires y ahora no le dan permiso para volver a Misiones conmigo y mis hijos”, refirió.
Múltiples trabas
La posadeña Paola Barchuk fue quien expuso la dramática situación ante los medios nacionales ya que está intentando, por todos los medios legales posibles que dejen ingresar al país a su marido, quien es paraguayo y no tiene DNI ni residencia argentina.
El cierre de fronteras producto del aislamiento social obligatorio, impuesto en la Argentina desde la medianoche del 21 de marzo por la pandemia de coronavirus, dejó a muchas personas varadas sin poder regresar al país y en esa compleja situación quedó envuelta la pareja.
Si bien en mayo último Argentina comenzó una repatriación de ciudadanos que se habían quedado varados en el vecino país, el caso de este esposo es distinto, ya que él no tiene como acreditar que está vinculado legalmente con Barchuk.
Paola Barchuk es de Santa Ana, Misiones y en diálogo con TN, la mujer contó que su marido “no tiene residencia, ni siquiera DNI argentino”, ya que intentaron tramitarlo y no pudieron. “Nos dijeron que la residencia no la podíamos hacer porque no vivíamos acá, pero sí el documento”, recordó, sin embargo el trámite no prosperó.
La solución que Cancillería le dio a esta pareja es sacar un permiso de ingreso consular. “Pero el Consulado argentino en Asunción no nos responde”, remarcó Paola, y contó: “La única opción que nos dan es la visa de reunificación familiar, que cuesta 550 dólares, más los apostillados, que están 30 dólares cada uno, lo que lleva el trámite a alrededor de mil dólares.Encima, llegaría a Ezeiza, y después debería venir a Misiones. Está todo trabado”, se angustió.