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“Cansados” de ver a los chicos jugar con una botella de plástico simulando ser una pelota, dos estudiantes de Educación Física impulsaron la creación de una escuelita de fútbol infantil en el barrio 1 de Mayo de Posadas.
El viernes de la semana pasada, después de varias semanas de reunir voluntades y donaciones, el proyecto vio la luz y más de 30 niños y niñas de todas las edades se acercaron para comenzar las prácticas en la canchita central de esa vecindad, situada entre las avenidas Alem, Centenario, Zapiola y Aguado.
La idea fue de los “profes” Gabriel y Matías García, vecinos del barrio, pero con entrenamiento apropiado para formar a los chicos. Ambos le plantearon la inquietud que tenían a Javier Noguera, mentor de varias agrupaciones solidarias gestadas en la pandemia, con la finalidad de conseguir la red para los arcos, conos y por supuesto la infaltable redonda.
“Era algo tremendo que los chicos del barrio miraran cómo entrenan equipos de otros lugares y ellos se tenían que conformar con patear un plástico”, contó Noguera a PRIMERA EDICIÓN. Es que en esa cancha del barrio entrenan niños de dos categorías de fútbol de los clubes Guaraní y Luz y Fuerza.
Las ganas de hacer algo por los chicos fueron motor para el compromiso y así nació todo: primero la campaña silenciosa para conseguir los elementos que hacían falta para arrancar y luego comprometer a los vecinos para cuidar y hacer crecer la institución.
De hecho, los instructores son muy queridos y cuando la gente se enteró de la oportunidad de mandar a sus chicos a jugar, con la posibilidad de aprender técnicas del deporte que más pasiones despierta en el mundo, y encima sin tener que pagar una cuota, la voz corrió rápidamente.
Ya en el segundo día de entrenamiento asistieron más de 70 niños y niñas de entre 6 y 14 años para divertirse y horas más tarde compartir una merienda de camaradería.
Hubo mucha gente de otras partes de la ciudad, quienes al enterarse del proyecto sumaron su colaboración.
Al principio la propuesta era compartir algo de comer una vez a la semana y ahora van por más: quieren darles merienda después de cada entrenamiento, por ello están nuevamente a pleno en la campaña para reunir donaciones.
Protocolo biosanitario
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Para empezar la actividad, otro aspecto fundamental fue generar las condiciones para cumplir con el protocolo sanitario.
Para ello, por un lado, se confeccionaron barbijos para los chicos de la escuelita. La acción fue canalizada a través de “Barbijos Solidarios”, que confeccionó y donó tapabocas adecuados para la edad, más alcohol en gel.
“Aparte del buen fútbol y del respeto del otro dentro de la cancha, tratamos de inculcarle las normas biosanitarias, vemos que el COVID-19 es algo con lo cual se va a tener que aprender a convivir y eso implica responsabilidad colectiva. Esa parte también integra el entrenamiento”, explicó Noguera.
Y sobre la escuela gratuita y el resultado que tuvo en sólo dos días de apertura, dijo: “Nació algo muy lindo y lo queremos cuidar, con responsabilidad ante todo. Nos motiva que los alumnitos están emocionados”.
El barrio 1 de Mayo está situado detrás del predio que ocupa el Ejército Argentino. En medio se ubica la cancha, la cual está en muy buenas condiciones y es muy conocida por los futboleros locales porque la usan para los campeonatos locales y regionales, además de los clubes mencionados.
Los chicos de la escuelita entrenan todos los lunes, miércoles y viernes de 16.30 a 18.30 y lo único que hay que llevar son las ganas de jugar y divertirse.
Una vez que el grupo se estabilice, la intención es armar los equipos por categoría para que todos disfruten de un buen juego con sus pares y que de alguna u otra forma sirva para que la actividad física les permita sobrellevar el aislamiento obligatorio que, por ejemplo, los separó de sus compañeritos de la escuela.
“Esto que nació y se ve tan lindo y beneficioso nos invita a soñar que se puede replicar lo mismo en otros barrios, para que haya una escuelita gratuita al alcance de los niños. La actividad física es importantísima para ellos y mucho más hoy día, que no la realizan porque ni al colegio van. Pagar una cuota de socio en algún club también es otro punto, porque la crisis económica afectó y mucho a las familias. Contar con una escuela gratuita es una salida para los papás también, que se quedan a mirar el entrenamiento y comparten con sus hijos”, indicó Noguera.
Quienes quieran conocer más acerca del funcionamiento de la escuelita o apoyar la misión pueden comunicarse al celular 3764704708.