
En agosto de 2018, trascendía un operativo antidrogas que se había desarrollado en un bar-pool ubicado en el paraje Tres Leones, cerca de Andresito.
La policía actuó por orden del Juzgado de Instrucción 3 de Puerto Iguazú y en el lugar efectivamente hallaron estupefacientes, pero lo que originalmente se investigaba era una situación de abuso sexual y prostitución de menores.
Hubo varios detenidos y en diciembre de ese año, con todas las pruebas recabadas el magistrado Martín Brites dictó la prisión preventiva al padre de las dos menores y dueño del local. En las últimas horas se conoció que la etapa de instrucción fue cerrada y el caso elevado a juicio.
En total son cuatro los acusados que en una fecha que aún resta por establecerse, enfrentarán el debate en el Tribunal Penal 1 de Eldorado.
El progenitor, un hombre de 52 años conocido en la zona como “El Viejo”, es el más visible de los acusados, pero también lo es un hombre de profesión abogado, que según se desprende del caso, era cliente (junto a otros dos encartados), de los servicios del bar que regenteaba el padre de las niñas.
“El Viejo” está acusado de “abuso sexual con acceso carnal (hechos reiterados) doblemente agravado (por el vínculo y por la convivencia preexistente) en concurso ideal con el delito de promoción a la corrupción de menores de 18 años, agravado por su condición de ascendiente de las víctimas, en concurso real y con el delito de explotación económica del ejercicio de la prostitución agravado por ser ascendiente, mediar abuso de una situación de vulnerabilidad y por ser víctimas menores de 18 años”.
Tanto el abogado como los otros dos “clientes” están imputados de una calificación similar referida a la facilitación de la prostitución de menores y por ser las víctimas menores de 18 y 13 años. El único que se encuentra detenido con prisión preventiva es el padre de las victimas, en tanto que los demás aguardan el juicio en libertad pero con medidas restrictivas.
Huyó para contarlo
Una de las hijas, de 16 años, escapó hacia Iguazú para pedir ayuda a su madre. Juntas fueron al juzgado a contar que tanto la menor como una hermana mayor de 28 años habían sido abusadas sexualmente por el padre durante años y además eran ofrecidas como mercancía en el bar-pool.
Esta fue la forma en la que la adolescente pudo escapar del infierno, mientras que su otra hermana lo había logrado tras entablar relación con un hombre y huir hacia Brasil.
Con los testimonios se activó la causa y en el allanamiento ordenado al local hallaron además que allí funcionaba un kiosco narco. Secuestraron marihuana, cocaína y plantas de cannabis. Además hallaron una camioneta que el día anterior había sido robada en Pranchita”, al otro lado del río San Antonio.
“El Viejo” era conocido en la zona como un “peso pesado” ligado al delito de frontera. Según la investigación, por el temor que infundía, sus hijas durante muchos años se vieron obligadas a callar lo que sucedía.