Dos repartidores de mercaderías fueron atacados a balazos en un presunto intento por robarle la recaudación y los insumos que transportaban en su habitual camión de tareas.
Según las fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, ambos empleados de 39 y 19 años de una distribuidora eldoradense habrían sorteado de milagro el ataque, ya que los disparos de escopeta no fueron pocos y, además de destrozarle el parabrisas delantero al Mercedes Benz, se registraron rastros de perdigonadas de plomo en distintos puntos del chasis.
Los trabajadores no sufrieron lesiones graves y escaparon porque el conductor aceleró el transporte a fondo cuando irrumpieron los cuatro encapuchados a las 17 del sábado, cuando regresaban de descargar mercadería y cobrarle otra partida a un comerciante del balneario del arroyo Piray Guazú.
Según la denuncia policial realizada por los operarios, regresaban hacia el depósito de la firma San Valentín cuando, sobre la terrada avenida Córdoba (ex ruta 12), en el sentido sur-norte, fueron sorprendidos por los asaltantes que saltaron desde una zona de maleza, todos delgados, con pasamontañas y gorras, y presuntamente jóvenes por la agilidad de sus movimientos.
Dos de ellos, escopeta en mano, procuraron que el camión frene, pero el conductor (de 39 años) atinó a acelerar.
Los delincuentes dispararon pero la dirección de las municiones alcanzaron para que estalle el vidrio delantero y los balazos posteriores impactaran en los metales de la carrocería.
La maniobra de fuga finalizó varios kilómetros más adelante, luego de perder de vista a los tiradores y encaminarse a la seccional Primera de la Unidad Regional III para denunciar el grave episodio.
Con los primeros datos brindados, los investigadores iniciaron su labor en la zona en que se produjo el “robo calificado en grado de tentativa”. La pesquisa continuó ayer para intentar identificar a los autores, pero hasta anoche no trascendieron pistas firmes en este sentido.
Peritos de Criminalística de la UR-III realizaron su labor sobre el camión mencionado y se intenta determinar el calibre de las armas de fuego utilizadas.
La zona donde se registró el crimen es de campos y chacras, con zonas de monte o altas malezas que facilitan el escondite y fuga de los maleantes. No obstante, tanto las víctimas como las fuentes policiales no describieron el lugar como de peligro de atracos o delitos contra la propiedad.