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El juez de Instrucción de Puerto Rico, Leonardo Manuel Balanda Gómez, ordenó detener el martes por la noche al jefe de la comisaría de Capioví, Luis Alberto Salazar (41) involucrado por sus propios subalternos en una seguidilla de robos y reducción a motopartes y autopartes de vehículos que debían mantener bajo custodia y secuestrados por diferentes irregularidades en la zona.
El magistrado lo llamará a indagatoria hoy bajo la presunción o sospecha de haber incurrido en varios delitos, entre ellos cohecho, hurto y mal desempeño de funcionario público.
Para evitar incidentes y aplacar suspicacias, Balanda Gómez ordenó que Salazar fue aprehendido y llevado a una celda de la comisaría de Ruiz de Montoya, en un lugar donde no haya detenidos comunes.
Salazar y dos subalternos fueron pasados a disponibilidad el sábado pasado en decisión sugerida por la Dirección Asuntos Internos al jefe de la Policía de Misiones, Zenón Víctor Manuel Cabrera.
Como adelantó en exclusiva PRIMERA EDICIÓN, Cabrera firmó el apartamiento del comisario de Capioví, pero también de un sargento primero y una cabo que prestaban servicio en la misma dependencia de la Unidad Regional IV, Puerto Rico.
El escándalo se desató luego que dos integrantes de la fuerza de seguridad se presentaron en Jefatura de Policía y rompieron el silencio a fines de agosto y acusaron al comisario a cargo de la seccional de Capioví de amparar y participar de manera directa del desguace parcial de automóviles y motocicletas secuestradas y de venderlos a vecinos de la zona.
Pero no fue sólo esa irregularidad la que habrían señalado, también lo contextualizaron como un uniformado de modales prepotentes para mantener la cadena de complicidad y que los hurtos agravados se transformen en actividad regular bajo su potestad.
Se investiga la complicidad de tres mecánicos en dos talleres de la zona. En estos sitios Salazar habría llevado motos y autos para que se les quitaran piezas que habrían sido vendidas luego.
El jueves 24 de septiembre, con efectivos de Gendarmería Nacional se desplegaron seis allanamientos en Capioví y Puerto Rico por la denuncia de robos y reducción a auto y motopartes de vehículos secuestrados por la comisaría a cargo de Salazar.
Uno de ellos ocurrió en el barrio Municipal de Capioví, donde el comisario involucrado reside, en la vivienda de servicio que dispone la UR-IV.
También fue allanada la comisaría, de donde se retiraron los libros de guardia y varios talleres mecánicos, lográndose secuestrar un Fiat 147 y una Honda Twister a los que les faltaban elementos.