En la nota anterior citábamos estas palabras del Dr. Deepak Chopra: “si por lo menos un pequeño grupo de personas encontrara su ser verdadero y así alcanzara la felicidad que no puede arrebatarse, vivirían en un nivel profundo de conciencia”, desde el cual su influencia hacia el entorno sería también profunda al aportar coherencia a la conciencia del mundo.
Retomando la lectura del libro donde el autor nos prescribe su receta de la felicidad, comprendemos que la coherencia es nuestro estado fundamental porque en lo vital es innata, ya que ninguna célula del cuerpo podría subsistir si la vida no fuera sistemática, organizada, equilibrada e interconectada. Y en el nivel de la conciencia, ser coherente con uno mismo significa estar en paz, aunque despierto y alerta; ser pacífico pero valiente e independiente, sin albergar conflictos ni falsas ilusiones.
Pero la incoherencia individual puede generar estados de caos, confusión y conflicto, a partir de los cuales se producen los problemas en lo social y en el mundo. Aquí el Dr. Chopra nos recuerda lo que dijo Krishnamurti cuando le preguntaron cómo podría evitarse una guerra: “Cambia tú. Tu ira y violencia son la causa de todas las guerras.”
Reflexionando sobre esta lectura recordamos que la palabra coherencia se refiere a lo que mantiene unidas las partes de un todo. También recordamos expresiones de los discípulos del Yogui Maharishi tres décadas atrás, proponiendo contribuir a la paz mundial con su método de meditación, “en una época tan crítica y llena de peligros”, para generar coherencia y armonía en la conciencia colectiva a partir de la coherencia entre mente y cuerpo, entre conciencia y materia, buscando la identificación con el campo unificado de todas las leyes de la naturaleza en correlación infinita.
Volviendo al libro, encontramos estas oportunas palabras del Dr. Chopra: “El mundo ha permitido que la incoherencia se propague como una pandemia. Ahora debemos probar si la coherencia puede producir el efecto contrario: terminar con el caos, los conflictos y la confusión en una escala global.”
Recordemos que la coherencia es un estado fundamental en la naturaleza, en las personas y en la humanidad, y que siendo coherentes podremos experimentar y compartir la felicidad. Namasté.