
Tras la polémica que se desató a raíz de las imágenes viralizadas el fin de semana por redes sociales, que dejaban en evidencia la cantidad de asistentes que no respetaban las medidas sanitarias previstas para evitar la propagación del coronavirus COVID-19, el Club de Río de San Ignacio ya no admitirá el ingreso de grupos de jóvenes menores de 25 años, salvo en los casos de quienes lo hagan con sus familias.
Otra restricción tomada a partir del intenso debate suscitado a nivel provincial será impedir a los acampantes que ingresen con sus conservadoras o con bebidas alcohólicas.
Ambas medidas se aplicarán desde ahora hasta que finalice la pandemia y “en todo caso, después se volverá a analizar qué vamos a hacer al respecto”, confirmó a PRIMERA EDICIÓN el propietario del lugar, Jorge Néstor.
El nuevo protocolo de admisión se dio a conocer después de un encuentro entre Néstor, el intendente de San Ignacio, Javier Peralta, y el ministro de Turismo, José María Arrúa, quienes se reunieron ayer por la mañana para evaluar lo ocurrido y anticiparse a otras eventualidades que puedan producirse en la antesala de la temporada de verano.
El aporte provincial
El ministro Arrúa se comprometió, tras el encuentro, a sentarse a conversar con la Prefectura Naval Argentina para agudizar controles en el río, a fin de que “nos podamos anticipar a lo que pueda ocurrir en otros clubes como el Pira Pytá, la Isla del Medio o cuando se inaugure la temporada de la playa El Brete”, según explicó el funcionario a este Diario.
Agregó, en tanto, que otro aporte de su cartera será asesorar a los emprendedores en el desarrollo de la App para el registro de acampantes, al igual que acompañar las gestiones con la Policía provincial y las fuerzas federales para asegurar los controles.
“En San Ignacio los productos turísticos son los conjuntos jesuíticos y el Club de Río, inclusive en el verano el mayor atractivo es el club; en esta falta de turismo nacional e internacional, este producto turístico se ha posicionado y hay que cuidarlo”, remarcó Arrúa.
“Hay muchas actividades que aún no se habilitaron, estamos próximos a recibir vuelos y a personas que van a venir a la provincia desde zonas de alta circulación viral, como Buenos Aires y Córdoba. En algún momento se abrirán las fronteras y si como sociedad no cumplimos los protocolos, cuando se abran actividades ¿qué va a pasar?”, se preguntó.
“En Misiones la pandemia está controlada, no hemos llegado a los 200 casos en más de 200 días de cuarentena, con lo cual nuestro promedio es de menos de un caso por día y no tenemos circulación comunitaria. Me da la impresión de que eso lleva a la gente a creer que no se va a contagiar, sino que ve al COVID-19 como algo lejano; la verdad es preocupante percibir el relajamiento”, lamentó.
En cualquier caso, Arrúa apuntó que “no hay que generalizar, fue un caso puntual y se actuó rápido, pero el Estado no puede poner un puesto de control en cada esquina, hay mucho de responsabilidad social y apelamos a ella”.
Derecho de admisión
Jorge Néstor, dueño del Club de Río, contó que después de los acontecimientos del fin de semana quedó muy afectado y que por ello hará valer todo el peso del Derecho de Admisión en su predio.
“Queremos que haya un nuevo estilo de comportamiento de nuestros visitantes y por eso tomamos las medidas de restricción con respecto a la edad de los grupos de amigos. Como segunda cuestión, vamos a prohibir la entrada de conservadoras, ya que ha sido un tema de mucha discusión interna. En la mayoría de los emprendimientos de este tipo no permiten ni siquiera una botellita de agua mineral, menos bebidas alcohólicas. Tomaremos ese camino”, enfatizó.
El empresario contó a PRIMERA EDICIÓN que, pese a que el establecimiento es lo suficientemente amplio como para recorrer y distenderse, el domingo al mediodía se tomó la decisión de permitir el ingreso de un cupo menor “porque ya no queríamos que sigan entrando personas, algo similar a lo que pasó en Moconá. Si bien nosotros no tenemos cupo porque las instalaciones tienen un predio de 79 hectáreas y hay espacio suficiente para cumplir con el distanciamiento social, igualmente cortamos el ingreso al superar las 500 personas”, explicó.
“Eso responde más que nada a que estamos acompañando las medidas para frenar la pandemia y hacer las cosas de la mejor manera posible para el resguardo de la salud de la gente”.