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La captación, almacenamiento y uso del agua de lluvia se transformó en una estrategia de adaptación frente a las sequías que se vienen acentuando en la región por efectos del cambio climático.
El ingeniero agrónomo, técnico del Ministerio del Agro y del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Néstor Munaretto, explicó a PRIMERA EDICIÓN que desde hace un tiempo trabaja en el aprovechamiento del agua de lluvia para el uso en las zonas urbanas y rurales.
Es que un milímetro de lluvia representa un litro de agua por metro cuadrado, entonces en un techo de 100 metros cuadrados, con un milímetro de precipitación podemos obtener 100 litros de agua.
“Con el régimen de lluvias que tenemos de 2.000 milímetros por año, significa que sobre cada metro cuadrado de suelo, de techo o cualquier superficie caen 2.000 litros de agua por año. Ese líquido es útil si queda en el lugar donde cae o se infiltra y hace su ciclo en el suelo”, detalló Munaretto.
Sin embargo “por el desmonte, los trabajos en las chacras y las edificaciones, los suelos se han compactado y el agua se pierde por la pendiente hacia los arroyos”.
“Se hicieron caminos y hemos sellado mucha superficie de suelo que no puede infiltrar, entonces esa agua que no infiltra se escurre por los bajos hacia los arroyos y se va de la provincia por los ríos Paraná y Uruguay”, aseveró.
Es aquí donde se plantea este trabajo para captar el agua de lluvia por los techos y almacenarla para su uso. “Las lluvias que caen en Misiones son abundantes y el agua es de muy buena calidad porque acá no tenemos los problemas de las zonas industriales, como la lluvia ácida, y además gratis. Entonces no debemos dejar que se pierda semejante cantidad”, remarcó.
Contó que en la chacra, de acuerdo al régimen de precipitaciones que tenemos, “una hectárea de superficie de tierra en cualquier lugar de la provincia recibe por año 20 millones de litros de agua de lluvia. Si nosotros trabajamos para que esa agua pueda infiltrar y cumpla con su ciclo, sería espectacular. No obstante, si nosotros trabajamos mal esa superficie, la techamos o la sellamos, esa agua no infiltra y por la pendiente que tenemos en el suelo se pierde”, advirtió.
En zonas urbanas
En la ciudad de Oberá se aprobó el año pasado una ordenanza que establece la implementación en forma gradual de un “sistema de aprovechamiento de agua de lluvia” en todas las nuevas construcciones y edificaciones, destinándola a usos que no requieran agua potable en todo el ámbito urbano. “Las grandes construcciones y las públicas, principalmente, deben tener estos conceptos de almacenamiento, captación y uso de agua de lluvia”, apreció Munaretto.
En este sentido, el experto recordó que “según la estadística, una persona consume 125 litros como mínimo de agua por día. Para satisfacer sus necesidades vitales requiere entre 5 y 3 litros, si a eso le agrega la higiene personal con 20 litros por día, esa persona se arregla. Ahora, los otros 100 litros los gasta en los sanitarios, en el lavado del hogar, en el riego, es decir, en usos donde no es necesario que el agua sea potable”. Por todo esto, consideró que “el 90% del agua que se consume durante el día se puede captar de la lluvia”.
“Entonces, suponiendo que una casa tiene 100 metros cuadrados de techo, con el régimen de lluvia que tiene Misiones, se pueden juntar hasta 200 mil litros de agua por año”, destacó.
Trabajo de muchos años
El jefe de la agencia del INTA de Apóstoles, el ingeniero agrónomo Ramiro Sosa, comentó a este Diario que hay varios proyectos que tocan la temática del agua en la provincia y que se está trabajando muy fuerte en uno que trata el uso y abastecimiento en el medio rural.
“Comenzamos a trabajar ya en la sequía del 2008-2009, con la protección de vertientes como una manera de dar respuesta a la demanda de las familias que no tenían agua y debían tomar de una vertiente que estaba desprotegida. Desde ahí sumamos la sistematización de los caminos para conducir el agua al suelo, así como también el aprovechamiento del agua con la cosecha de lluvia”, contó.
A su vez, observó que en Misiones tenemos muy buenas precipitaciones ya que “las sequías son eventos que se dan en una equis cantidad de años”.
Y sostuvo que “el agua de lluvia en las chacras se destina principalmente para abastecer a la parte productiva como huertas, invernaderos y animales; mientras que en la ciudad se utiliza para hacer funcionar los baños, para el riego, la limpieza de las casas y dejar así el agua potable de la red para el consumo humano”.
“Esto es un trabajo que se realiza desde 2008, hoy el que tiene un reservorio de agua está preparado para la sequía. Tampoco es que no llueve, pero caen pocos milímetros que no llegan ni a humedecer el suelo. Por ende, el que tiene el sistema instalado con la canaleta en el techo puede aprovechar esa poca agua que cae”, afirmó. Y añadió que “si llueven 10 milímetros, en un techo de 100 metros cuadrados juntas 1.000 litros de agua”.
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Aprovechamiento de los recursos hídricos
En Misiones hay varios lugares que ya implementan estos sistemas de recolección de agua de lluvia, que consisten básicamente en un techo con una canaleta y un reservorio para almacenar el agua que cae.
“Son trabajos que se hacen en las chacras con los productores, depende de la demanda. Tenemos abastecimientos de agua comunitaria de hasta 50 familias. Por lo general están en el ámbito rural y se utilizan para las tareas en las chacras”, señaló el jefe de la agencia del INTA de Apóstoles, Ramiro Sosa.
En este marco, agregó que a nivel provincial se conformó una Red Misionera de Agua para el Desarrollo Rural que consiste en un espacio de articulación interinstitucional para aportar a la elaboración de una estrategia de aprovechamiento sustentable de los recursos hídricos en los procesos de desarrollo.
El costo del sistema de cosecha de lluvia varía de acuerdo a los materiales que se emplean, sin embargo se puede construir con pocos recursos.
“Primero se realiza un pozo en el suelo, que a veces se puede hacer con el apoyo del municipio mediante una retroexcavadora; el agujero se forra con plástico de 200 micrones y se arma una estructura de madera (también forrada en plástico) para hacer la tapa; una de las condiciones que tenemos que tener en cuenta para almacenar agua es que tiene que permanecer en la oscuridad para que no se formen algas, no caigan hojas y se mantenga en buenas condiciones”, detalló el ingeniero.
Asimismo, precisó que “con $7.000 se puede hacer un reservorio de hasta 30 mil litros”. Los interesados en implementar este sistema pueden acercarse a la agencia del INTA más cercana a su localidad o contactarse con algún técnico de la Subsecretaría de Agricultura Familiar de la Nación o del Ministerio del Agro de la provincia de Misiones. “Una parte es el aprovechamiento de agua de lluvia, pero también tenemos que incorporar las canaletas en los techos para regar las huertas, por ejemplo”, finalizó.