La próspera Lombardía fue la primera región italiana en sufrir un confinamiento a causa de la Covid-19 el pasado 9 de marzo. Meses después, Lombardía es también la primera región italiana que anuncia un toque de queda para combatir la segunda ola de la pandemia. Ahora, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, estudia la posibilidad de aplicar la medida en todo el país, informan algunos medios de comunicación italianos.
Sería el próximo paso después de que el Gobierno de este país haya permitido, a raíz de la petición del presidente de la región, el liguista Attilio Fontana, cerrar las actividades e imponer la prohibición de salir de casa entre las 23 y las 5 de la mañana. En ese momento los ciudadanos solo podrán desplazarse por razones de trabajo, salud o urgencia demostrable. Los lombardos ya desempolvan el famoso autocertificado para justificar sus desplazamientos, como el que tuvieron que rellenar hace unos meses.
Fontana hace uso de la facultad de da el Gobierno italiano a las regiones, y es que aunque el mando de la pandemia lo tiene principalmente el Ejecutivo de Giuseppe Conte, sus decretos han dejado potestad a los territorios para que endurezcan las restricciones de acuerdo con los ministerios interesados. El objetivo es intentar frenar una de las causas de contagios, “la noche, las fiestas y todo aquello que no se puede controlar porque no podemos tener un número suficiente de policías y agentes”, explicó el gobernador. Fontana también ha reclamado que se cierren los centros comerciales durante los fines de semana.
Lombardía vuelve a ser la región con más contagios también en esta segunda ola que está atravesando Italia, un país donde hasta no hace mucho había cierta tranquilidad pero que en las últimas semanas ha experimentado un enorme crecimiento de los casos de Covid-19. Este miércoles hubo casi 11.000 contagios y más de 2.000 de ellos fueron en la región septentrional, una de las más densamente pobladas de Italia, con más de 10 millones de habitantes, y donde se halla el corazón industrial del país. Más de siete meses después de que el virus irrumpiera en Europa en el pueblo lombardo de Codogno, hoy la región sigue siendo el talón de Aquiles de Italia.
La decisión de Fontana de pedir al Gobierno este toque de queda nació de la petición de un gran número de alcaldes de la región. Y es que existe una enorme preocupación por el aguante de los ya agotados hospitales lombardos, pues del 12 al 19 de octubre el número de enfermos hospitalizados en Lombardía aumentó en un 145% y el número de pacientes en cuidados intensivos en un 126%.
La diferencia con el azote del virus en la primavera es que si entonces el foco estaba en los brotes en Bérgamo y alrededores, ahora el punto más caliente es la capital de la región, Milán, donde hay más vida nocturna que en otras ciudades de menor tamaño.
Por eso, el ministro de Sanidad italiano, Roberto Speranza, dijo inmediatamente que estaba de acuerdo con imponer medidas más restrictivas en Lombardía. Quienes están menos satisfechos son los restauradores locales. Unos cincuenta dueños de restaurantes se manifestaron este miércoles a las puertas del Palacio Marino, sede del gobierno regional. Creen que el toque de queda es para ellos una sentencia de muerte.
Fuente: Medios digitales