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“No me dijeron nada, sólo que estaba equivocado, que ese lugar no era, que mi hijo no estaba enterrado allí”, Rogelio Antonio Ríos (54) desde el lunes no encuentra ningún motivo, tampoco se los acercaron, sobre por qué la tumba de su hijo desapareció del cementerio La Piedad, del mismo lugar donde durante 17 años fue a ponerle una vela y una flor y recordarlo en silencio.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN el carpintero relató el dramático episodio del lunes, “Día de los muertos”. “Fue mi exesposa quien me llamó y me dijo que había un pozo y la tumba de nuestro bebé ya no estaba, que habían excavado y desapareció”.
“Cuando llegué al cementerio los encargados decían que la tumba estaba al lado, que no habían tocado la de mi hijo. Desde el 2003 que voy a poner una vela y rezarle a mi hijo, cómo no voy a saber cuál es su lápida si la armamos nosotros”.
Ríos también manifestó que “hoy (por el martes) fui e hice la denuncia, porque ninguna explicación era creíble. Es más, excavaron al lado donde decían y no hallaron nada, ni cajón, ni ropa, restos del cuerpo, nada”.
“Ellos sacaron y tiraron al angelito en algún lado. El árbol hace 17 años estaba y por eso enterramos el cuerpo donde dije, porque estuve, porque lo vi”, remarcó Ríos consternado porque “no sé ahora dónde vamos a ir a rezarle a nuestro hijo”.
Tras la falta de respuestas de los jefes y encargados del camposanto municipal, Ríos radicó la denuncia en la seccional Segunda de la Unidad Regional I.
La reacción del juez de Instrucción de turno, Juan Manuel Monte, fue inmediata y ordenó a los peritos de las direcciones de Policía Científica y Criminalística, realizar los primeros relevamientos en la fosa y en los alrededores, primeras labores para avanzar hacia algún responsable y esclarecer el hecho.
Exigencia legal
Pero los efectivos se toparon con el impedimento formal, un abogado, el director jurídico de la Municipalidad de Posadas les exigió a los policías la orden escrita del juez de Instrucción 2.
La orden de ingresar al cementerio llegó pocos minutos después y a voz alzada por el propio Juan Manuel Monte y uno de sus secretarios quienes se presentaron antes del mediodía en la puerta de acceso.
Pero las autoridades judiciales fueron acompañadas por Bomberos y especialistas de la Dirección Cibercrimen de la fuerza de seguridad provincial pare recoger copias de todas los registros digitales de nichos, parcelas y tumbas, y sus titulares respectivos.
El cementerio fue cerrado y ni siquiera medios de comunicación pudieron ingresar al punto donde desapareció el cadáver o restos.
Pasadas las 16 se retiraron los peritos y el juez y las actuaciones comenzaron a confeccionarse para determinar una pista firme sobre lo sucedido.
Informes científicos
Entre las medidas que solicitó el juez mencionado, se destacaron pedidos de informes precisos sobre la degradación de los cuerpos y los demás materiales habitualmente utilizados, a saber, cofre o ataúd, ropa y otros posibles recuerdos enterrados.
“Espero que no haya sido un show montado ese procedimiento. Ya escuché casos de otras familias que perdieron los restos de sus seres queridos porque los exhuman de esta manera. A nosotros no nos avisaron que iban a excavar. Y ocurrió en septiembre, según me dijeron el lunes. El dolor que uno transita es fuerte, no se puede tomar con liviandad. No teníamos ninguna deuda con el cementerio y además, los cuerpos de angelitos no se exhuman por falta de pago, según me dijeron”.
“Ni disculpas me pidieron en el cementerio, hablan de un posible error, pero no asumen responsabilidades. Tampoco discutí, intenté dialogar y que me dieran razones, pero no las tienen. Lo único claro es que hicieron un hueco nuevo y más profundo y tiraron a mi hijito, para dejar lugar para enterrar a otro cuerpo”.
El juez Monte dispondría en las próximas horas que se quite el árbol que está junto al punto donde había una tumba con una casillita para poner una vela y que Ríos y su familia rezaran. Según fuentes consultadas este elemento, o al menos uno similar, fue recuperado ayer y será peritado.
La intención de quitar el árbol apuntaría a buscar algún resto de la criatura debajo de las raíces.