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Aunque “todavía no se firmó ningún contrato con ningún laboratorio productor”, como sostuvo ayer el ministro de Salud, Ginés González García, en una reunión virtual con integrantes de la Red Argentina de Periodismo Científico (RADPC), la firma de estos contratos es inminente para poder contar con la provisión de vacunas para enfrentar la pandemia por COVID-19.
Esta aclaración llegó después de los rumores que se desataron tras el reciente viaje a Rusia de funcionarios de ese ministerio, entre quienes estuvo la secretaria de Salud, Carla Vizzotti, también participante de la reunión con la RADPC.
Según indicó el Ministro, el Gobierno quiere asegurarse contar con dosis de al menos cuatro de las 10 vacunas que actualmente atraviesan los ensayos de fase III en el mundo, de las 248 que están en desarrollo.
Estas vacunas son las de AstraZeneca/Oxford, Pfizer/BioNTech, Janssen y Sputnik V. En la Argentina también se están realizando pruebas clínicas de dos vacunas chinas, las de Sinopharm y CanSino Biologics.
La Ley de vacuna, una exigencia internacional
La firma de contratos para la provisión de dosis de vacunas –a riesgo de que no sean aprobadas–, se encuentra muy avanzada.
“Se han presentado los avances ante la Comisión Nacional de Inmunización y se ha recomendado avanzar con los contactos para analizar eventuales contratos. Estamos esperando que se promulgue la ley presentada por el diputado Pablo Yedlin y es probable que todo se acelere después de eso”, dijo Vizzotti durante la reunión, según lo reflejó Agencia TSS.
La oferta de Rusia por la vacuna Sputnik V es por 25 millones de dosis.
La legislación a la que refiere Vizzotti es la “Ley de vacunas destinadas a generar inmunidad adquirida contra el COVID-19”, aprobada recientemente en el Congreso y objeto de críticas por las cesiones que hace a las demandas de la industria farmacéutica, como indemnidad patrimonial respecto de demandas y otros reclamos.
A través de la OMS
Además de las negociaciones bilaterales para la adquisición temprana de las vacunas contra el COVID que resulten aprobadas por los organismos de regulación internacional y la ANMAT, la estrategia del Gobierno argentino incluye la participación en el mecanismo COVAX de la OMS para el acceso equitativo a estos insumos.
En este sentido, González García informó que “ya hemos pagado por 9 millones de vacunas a través de COVAX que tendríamos disponibles en el mes de febrero” para sumar a las otras vacunas que se adquirirán directamente de los laboratorios.
El desafío de la masividad
“Hemos empezado a trabajar con las autoridades provinciales para planificar la logística, que va a ser un gran desafío por un período bastante importante. También estamos trabajando con Defensa y Seguridad para eso. Nunca hemos tenido un desafío de una vacunación tan masiva y con tanta celeridad. La vacuna va a ser gratuita, es decir, la va a pagar el Estado, y va a ser distribuida de manera equitativa entre las provincias”, dijo González García.
Si bien todavía quedan interrogantes sobre cuáles de las vacunas serán finalmente aprobadas, su porcentaje de efectividad y por cuánto tiempo asegurarán inmunidad, se estima que, en una primera etapa, en la Argentina se comenzará por la vacunación de unas 12 millones de personas: adultos mayores, personal de salud y de las fuerzas de seguridad, y quienes tienen se ubican entre los 18 y 59 años y tienen factores de riesgo.
Tal como adelantó el ministro González García a PRIMERA EDICIÓN días atrás, proyectar a vacunar a un porcentaje mucho mayor que el 20 de la población proyectado por la mayoría de los países del mundo.
Análisis internos
“La ANMAT tiene la jerarquía para evaluar cualquier medicamento”, dijo Vizzotti. Ante la pregunta sobre si la urgencia podía implicar que las vacunas fuesen aprobadas antes de finalizados los estudios de fase III, González García respondió: “No se está analizando aprobar algo sin la fase III. Lo que sí se piensa es en hacer análisis interinos, como están haciendo otros países. Las agencias regulatorias pueden ir recibiendo información parcial para analizar y cuando sea suficiente se puede tomar una decisión para avanzar en la aprobación de la vacuna”.
“Los laboratorios pueden presentar los ensayos clínicos de manera confidencial, no hace falta una fase III publicada en una revista”, finalizó. El laboratorio AstraZeneca envía los resultados parciales de las pruebas clínicas a la ANMAT.