En los años ’80 las enseñanzas de Mataji Indra Devi transmitían su mensaje esperanzador y práctico para un mundo agitado, inseguro y espiritualmente desorientado. Basada en la práctica del Yoga que ella se había consagrado a difundir, se expresó de esta manera: “Desde el fondo de mi alma quisiera que estas lecciones prestasen algún servicio a los que se empeñan en vivir una vida mejor, más sana y más feliz”.
Es por eso que aquí y ahora, celebrando que la enseñanza de nuestra disciplina ha venido creciendo exponencialmente en las últimas décadas, hemos querido recordar y divulgar esas lecciones que, aunque parezcan reiterativas, cobran plena vigencia en las circunstancias que estamos atravesando.
En la primera lección, Mataji nos recuerda que el Yoga tiene varias ramas, pero el objetivo de todas ellas es la unión con la Conciencia Suprema. Así por ejemplo, en el Karma Yoga ese objetivo se procura con el trabajo y la acción; en el Jñana Yoga, a través del estudio y el conocimiento; en el Bhakti Yoga, por la devoción y el amor desinteresado; en el Mantra Yoga, por medio de la repetición de invocaciones y sonidos que calman la mente y elevan el espíritu. Luego, la más alta forma del Yoga es el Raja Yoga o Yoga Real, el Yoga de la conciencia cuya práctica generalmente empieza con el Hatha Yoga, el cual proporciona al cuerpo la salud y la energía que requiere para las etapas más avanzadas.
Aquí Mataji describe con más detalle el Hatha Yoga, disciplina que propone para todos por ser el Yoga del bienestar físico, mental, moral y espiritual. Sus posturas tienden a normalizar todas las funciones del organismo y las relaciones funcionales dentro de él, ya que mejora la calidad de las energías vitales mediante la respiración profunda y acrecienta su circulación en las áreas glandulares. Dicho con sus palabras: “En el Yoga la relajación se considera como un arte, la respiración como una ciencia y el control mental del cuerpo como un medio para armonizar el cuerpo, la mente y el espíritu”.
Y esta lección se completa con un sano consejo: Seguir con paciencia y método día tras día la práctica de los ejercicios. Lo más importante es que se practiquen regularmente, porque “cuando empieza Ud. a saltearse algún día, lo más probable es que se vaya aficionando más y más al sedentarismo, hasta abandonar totalmente la práctica”. Por eso, hay más lecciones próximamente.
Namasté.