Donde hay miedo hay limitación porque donde hay miedo, en cualquiera de sus formas, es el ego y sus patrones tomando las riendas. Cuando las decisiones y acciones se realizan desde la esencia, la duda y la confusión se quedan sin lugar.
*Este ejercicio para superar el miedo puedes realizarlo siempre que lo necesites, cada vez que la angustia o el temor se apoderen de ti, preferiblemente en un lugar tranquilo y privado, un espacio donde te sientas seguro y donde no vayas a ser interrumpido.
-Redacta la lista de tus miedos y empieza a encarar el que más fácil creas que te vaya a resultar. Se trata de hacer las cosas poco a poco, es un entrenamiento de fondo.
-Inspira de manera lenta y profunda, notando con el aire llena por completo tu abdomen. Después, expulsa el aire lo más rápido que puedas.
-Repite estas respiraciones varias veces, tomando conciencia del camino que recorre el aire a través de tu cuerpo, sintiendo cómo se llenan y vacían tus diferentes espacios.
-Después de varias repeticiones conscientes, notarás cómo esa sensación en el centro del pecho, ese puño que aprieta, se hace más suave.
-Continúa respirando de manera normal, pero no dejes de ser consciente de ello. Es precisamente esta toma de conciencia del propio ser, la que nos ayudará a identificar la energía del miedo para poder enfrentarlo.
-Intenta sentir cada parte de tu cuerpo. Y busca en cada rincón de tu cuerpo el lugar donde se aloja el miedo. Trata de sentir la perturbación que produce esta sensación en tu energía.
-Una vez localices el temor, no trates de analizarlo, no intentes hacer nada más con él que observarlo. Quédate mirando qué hace, cómo se comporta, deja que se comporte de manera normal para poder entenderlo.
El miedo puede expresarse en tu cuerpo como un nudo, como un dolor, como un remolino, o una incomodidad. Tal vez se manifieste en forma de pensamiento recurrente.
-Observa el miedo, siéntelo, deja que se desarrolle y acéptalo. La aceptación es la parte más importante del proceso para conseguir superar los temores. Da la bienvenida al miedo y acepta su presencia dentro de ti. No es agradable, pero debes permitir que el miedo crezca hasta su punto más álgido. Sé consciente de cómo se manifiesta.
-Una vez identificado, conocemos la manera en que se manifiesta, el por qué de su aparición, será más fácil lidiar con él.
-El miedo habita en ti por una causa, por un hecho que generalmente no ha sido aceptado, algo a lo que nos hemos resistido y que se ha quedado girando dentro de ti.
-Saluda a tu miedo, reconcíliate con él y suéltalo. Deja que vuelva al cosmos, al infinito al que pertenecemos todos.
-Vuelve a respirar profundamente. Siente cómo el espacio que ha dejado el miedo se llena de amor y gratitud. Agradece al miedo por dejar su sitio a otras emociones y sigue inspirando.
-Vuelve a analizar tu cuerpo para estar seguro de que no quedan restos de miedo. Si ves que no se ha marchado del todo, repite este ejercicio tantas veces como necesites.
Sentir miedo es inevitable, pero no debes dejar que se apodere de ti. Acepta su existencia, toma conciencia de todo y toma las riendas de tu vida.
Ser conscientes del momento presente, ser capaces de descartar pensamientos recurrentes, acallar nuestra voz interior cuando no se está portando bien con nosotros, todo esto es lo que nos hace libres y felices, porque cuando lo verdadero acciona, los cuatro elementos coinciden en un mismo centro.
El fuego de la palabra, el agua de la emoción, el aire del pensamiento y el cuerpo que es tierra, se alinean, en el espacio sagrado del corazón.
La fuerza que nos alinea es el amor. Cuando lo que se dice, se alinea con lo que se siente, somos esencia y expansión. El Amor trae Paz.