Todo empezó con una pequeña dificultad para abrocharse el cuello de la camisa. Luego, con el manejo del dinero, problemas de memoria y la pérdida la capacidad de escribir. Patricia, su esposa, lo veía triste y deprimido, pero por sobre todo, ausente. William Utermohlen, artista visual estadounidense, retrató -literalmente- cómo su mente se fue deteriorando a causa del Alzheimer.
William Utermohlen (1933 – 2007). Con una trayectoria pictórica amplia, pero no del todo conocida, fue sabedor de que tenía Alzheimer en 1995. Desde que conoce la noticia decide realizar una serie de autorretratos que dejan patente, como si de un camino sin retorno hacia la destrucción se tratase, del avance de la enfermedad y de cómo ésta va mermando su capacidad de verse, de reconocerse y por tanto de SER. Siempre mostró interés por el dibujo y la pintura, el arte y las imágenes de personas.
Luego de que su esposa viera algunas señales de la enfermedad se le realizó una evaluación donde constataron un deterioro moderado del funcionamiento cognitivo. Los exámenes fueron categóricos: atrofia cerebral generalizada. Ésta no se detenía y continuaba matando de a poco las funciones de Utermohlen.
Estos autorretratos dictados por la enfermedad, nos sirven de espejo para saber cómo actúa en la percepción que el cerebro posee de las cosas cuando el mal de Alzheimer avanza en cada una de sus fases.
Son fiel reflejo de lo que la enfermedad hace con lo que rodea a la persona que la sufre, pues igual que las facciones de los retratos y su percepción por el pintor se desdibuja con el paso del tiempo, también se desdibujan las palabras, los afectos, las personas y demás conocimientos almacenados en el cerebro, creando así las dificultades propias de este mal, igual que el pintor muestra dichas dificultades para poder dibujar su propio rostro.
William Utermohlen falleció en el 2007 a causa de las complicaciones derivadas de su enfermedad. Pese a todo, William Utermohlen nunca dejó de pintar.
Una serie de autorretratos evidencia el deterioro por el que su cerebro pasó durante su enfermedad, desde el 95 al 2000, donde se puede incluso hacer un seguimiento de la evolución de este padecimiento.
A su muerte, en 2007, su esposa quiso revelar las impactantes imágenes, donde incluso él mismo pudo constatar su mirada perdida.
El pintor dedicó su vida a atraer la atención de la sociedad y la ciencia a los problemas de personas con demencia. Gracias a los dibujos de William y al trabajo de otros pintores, los científicos aprendieron a predecir el posible desarrollo de la enfermedad en 30 a 40 años.