Un tema extremadamente difícil para todos: el apego, palabra que encierra “querer tener el control”, haciéndonos creer que esa cosa o persona nos pertenece y comenzamos a ser egoístas y manipuladores. Otra característica que encierra esta palabra es el miedo, todo lo que no conocemos nos genera eso y aparece el famoso principio de incertidumbre, de la cual no tenemos ningún control.
Pero ¿si algo que no provenga de ustedes pueden manejar, controlar o mandar? ¡No, no hay nada! Entonces ¿quién nos puso al mando de la vida del otro?
Desde la Cromoterapia hay colores que nos pueden ayudar a dejar ir lo que no nos deja avanzar en la vida: el amarillo que nos ayuda a reconocer quién soy, qué quiero en mi vida e incluso el camino que deseo recorrer; el rosa que trabaja en directo con nuestro corazón porque ahí reside todo el poder del amor, el verdadero amor, el que dice: “quiero que seas feliz conmigo o sin mí”, el amor que no espera ni reclama nada, el que sólo tiene buenas intenciones.
Alguna vez ¿sentiste un amor así? El rosa en combinación con el amarillo trabaja también con la verdad, tu verdad, con lo que sentís realmente.
Un toque de violeta es necesario para soltar lo que no fluye y sólo lastima. Este color que trabaja con la aceptación y el fluir termina de realizar los cambios que necesitamos, el de la transformación.
Decir adiós no es fácil porque cuando algo se termina nos quedamos con pedacitos del otro, pero como decía Cerati: “decir adiós es crecer” y en términos de Cromoterapia la fórmula sería: amarillo + rosa + violeta y en caso de que te falte valor multiplica todo con un rojo.
Realicen este ejercicio, tengan puesto algo amarillo (ropa, accesorios, etc.), en un lugar cómodo realicen 5 respiraciones profundas, conscientes del aire que inhalan y exhalan. Una vez relajados visualicen lo que quieren dejar ir y rodeados de una luz rosa que sale de tu corazón con palabras como gracias, aceptación, amor, libertad, valentía, que les llegan a lo que quieren dejar ir.
Cuando uno acepta de corazón que el otro es libre porque no nos pertenece ahí sucede la magia y comienza el verdadero amor, que no necesita del otro para vivir sino que elige vivir desde el compañerismo, desde el aprendizaje, desde el caminar juntos lado al lado.
Una vez que están envueltos en ese color, el rosa se va tornando en violeta y la palabra adiós comienza a llegar a lo que quieres soltar. Visualiza cómo se aleja despacio y se llena de amor, de tu amor y del que compartieron juntos. Observa cómo te sentís y si en medio de la tristeza sentís paz, ese es el camino. Lo que uno no suelta, lo carga y eso te paraliza.