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El pasado 13 de noviembre se cumplió un año de la muerte de Reinaldo Víctor Andrade (37), quien pereció en un confuso episodio que involucró a dos policías. El hombre recibió un disparo que salió de un arma reglamentaria cuando se desplazaba en un vehículo por un camino de Colonia Cristal, en las afueras de El Soberbio. Los efectivos permanecen detenidos y nuevamente sufrieron un revés ante el pedido de morigerar su situación en la causa.
A través de su defensa, los imputados solicitaron que se les dictara la “falta de mérito”, es decir sostuvieron que al haber estado en el ejercicio de sus funciones, no había elementos suficientes para incriminarlos por la muerte de Andrade. Todo esto si se tiene en cuenta que según se sabe del expediente, los confundieron con contrabandistas y al ver que uno de los ocupantes del auto aparentemente extraía un arma, uno de los policías efectuó el disparo.
La medida fue rechazada por el Juzgado de Instrucción 3 de San Vicente y fue reclamada ante la Cámara de Apelaciones. Finalmente, luego de un exhaustivo análisis los integrantes del cuerpo resolvieron no hacer lugar al pedido y remitieron el fallo al Juzgado de Instrucción 3 de San Vicente, para que la investigación continúe su curso con los efectivos en prisión.
La misma suerte habían corrido cuando solicitaron que se cambiara la carátula de la causa. Cabe recordar que el suboficial ayudante de 22 años de edad, está acusado de disparar y fue imputado por “homicidio calificado por ser integrante de una fuerza de seguridad y agravado por el uso de arma de fuego”, en tanto que el cabo, también de 22, está imputado por ser “partícipe necesario” del hecho que se investiga.
Días después del hecho la cúpula de la Unidad Regional VIII fue removida para que se facilitara el esclarecimiento de lo sucedido. Según relataron los policías, aquel día realizaban tareas de forma encubierta cuando divisaron un Volkswagen Voyage. Ante la presunción que se trataba del vehículo de contrabandistas comenzaron a seguirlo y se desató una persecución.
Los efectivos se desplazaban en un Ford Focus, propiedad del uniformado de mayor rango y en un determinado momento (según la versión oficial), un Volkswagen Gol Trend con tres ocupantes les salió al cruce al punto de colisionarlos. Acto seguido los efectivos mencionaron que fueron apuntados con un arma y al temer por su integridad y la de su compañero, el suboficial abrió fuego.
El disparo le ingresó por la nuca a Andrade, provocándole la muerte minutos después en el Hospital local. En tanto, los acompañantes sufrieron lesiones leves producto del despiste.
A medida que avanzó la causa fueron citados como testigos quienes viajaban en el vehículo con Andrade. Ante el juez Gerardo Casco negaron que fueran suyas las armas que encontraron en la escena y menos que las hubieran tenido dentro del automóvil, tal como afirmaron los policías.