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Cuando pensaron que la situación estaba bajo control, el intenso calor y la baja humedad asociadas a la fuerte sequía volvieron a generar más fuego sobre nuestra principal área protegida provincial que se volvió incontrolable para la brigada misionera y debieron solicitar refuerzos ayer por la tarde.
¿Fue el único incendio preocupante? No, de hecho el sábado fue noticia el foco en el cerro Santa Ana, muy cerca del Parque de la Cruz, donde los vecinos trabajaron para apagarlo.
Según la Federación de Bomberos Voluntarios de Misiones en diferentes zonas se están produciendo varios incendios al día, que los tienen “a mal traer” a hombres y mujeres que ponen su tiempo para el bien común.
Sin embargo, en particular en estos contextos de falta de lluvia prolongada (que promete quedarse unos meses más), hará falta reforzar la presencia estatal para actuar a tiempo y de manera más efectiva. Seguramente será el Ministerio de Ecología en conjunto con el Ministerio de Ambiente de la Nación quienes deberán diseñar un plan de acción, dado que Misiones no es la única provincia con incendios rurales.
Los bomberos voluntarios no dan abasto con el incremento de incendios.
El otro gran desafío que se suman a este tiempo de pandemia es el escaso caudal de agua en los arroyos misioneros, de los cuales muchas localidades se abastecen para dar líquido vital a sus habitantes.
Algunas cooperativas tomaron la precaución de tener perforaciones o planes alternativos para contingencias como estas. Pero en otras, la falta de recursos presupuestarios o las malas administraciones, no lo han posibilitado.
Sequía, incendios, poca agua en los cursos inferiores. Más problemas que atender en tiempos de emergencia sanitaria en Misiones.