
Desde la semana pasada está vigente en Campo Grande la emergencia hídrica, declarada por el Concejo Deliberante local como consecuencia de la grave sequía y el drástico descenso del caudal de la represa de donde se toma el agua para consumo humano.
Por este motivo, quedó prohibido en el municipio la carga de piletas y el lavado de autos y veredas, tanto en el casco urbano como en la zona rural.
De lo contrario, según admitió la Cooperativa de Agua Potable y Servicios de Campo Grande Limitada, la situación podría derivar en inconvenientes para prestar correctamente la distribución de vital líquido a la población.
Servicio restringido
Similar situación se vive en Dos de Mayo, donde se comenzó a restringir aún más la distribución de agua por la bajante en esta temporada de sequía.
La Cooperativa de Agua, Energía y Otros Servicios Comunitarios de esa localidad recomendó que se cuide al máximo los reservorios domiciliarios, evitando cargar piletas, lavar vehículos o cualquier actividad que no sea esencial, aunque oficialmente no está declarada la emergencia hídrica en el municipio.
Mediante un comunicado, la entidad prestataria explicó este martes que “debido a la falta de precipitaciones pluviales, nuestros sistemas de captación de agua sufrieron una merma considerable y esto hace que la distribución del agua potable a los distintos sectores de nuestra ciudad sea de forma interrumpida con más frecuencia, pues nuestros sistemas de captación de agua se encuentran en estado crítico“.
Santo Pipó
Por último, la Cooperativa de Agua Potable de Santo Pipó (CAPSP) difundió este martes unas reveladoras imágenes de la toma de agua sobre el arroyo Ñacanguazú prácticamente por debajo del nivel de captación del vital líquido.
“La situación es crítica, pedimos colaboración con el cuidado del servicio”, solicitaron a la comunidad.