“Todo debe estar en orden”, fue una orden -valga la redundancia-, que recibí en sueños. El cosmos es un orden perfecto y en este momento estamos en pleno caos que es lo que precede al orden y nos toca a nosotros, los que estamos conscientes, ordenar el caos.
Este es un proceso que se realiza en uno, a veces ponemos el cuerpo para neutralizar las energías negativas o escapes emocionales, que puede traducirse en enfermedad.
Debemos ordenarnos a nosotros mismos trabajando nuestras sombras cuyas manifestaciones son las conductas autodestructivas, son las que nos hacen cometer los famosos lapsus lingüis pues es el alma la que allí se manifiesta.
Por eso, trabajar con ellas es trabajar con el alma y para poder identificarlas debemos observar que es lo que nos enfada, lo que rechazamos, lo que tememos, lo que queremos cambiar en los demás, lo que no aceptamos; debemos limpiar también nuestras historias personales; de vidas pasadas; del árbol genealógico; historias familiares y así ordenando nuestro mundo, ordenamos el mundo. Mientras más limpiemos el vidrio de nuestra lámpara, más luz podremos irradiar inconscientemente.
Como dijo una amiga, no nos corresponde cambiar el mundo conscientemente ni decir como deberían ser las acciones de otros, hacerlo así sería tratar de crear cambios desde una situación de debilidad.
Para poder entender cómo se producen los cambios desde el poderoso inconsciente, me remitiré al pasaje bíblico donde la mujer que sangraba tenía la certeza de que con tan sólo tocar la túnica de Jesús ella sanaría, así lo hizo y al instante sintió que sanó.
Por lo que Jesús voltea para verla y decirle, tu fe te ha curado, puesto que nunca entrecruzaron palabras entre ellos ya que la sanación no ocurrió a nivel consciente, este pasaje me enseñó mucho más que el anterior de la resurrección de la niña, pues nos muestra otras capacidades de Jesús que debemos desarrollar, ya que sus actos y milagros conscientes son sólo el 3%, con lo que no sólo nos perdemos del 97% sino de toda nuestra capacidad divina inimaginable para la mente humana.