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“Nos tocó un año difícil”, aseguró el Director Médico de Sanatorio IOT, Guillermo Vymazal, en ocasión de reflexionar sobre el Día del Médico, que se recuerda hoy, en medio de una pandemia. Entiende que los argentinos están habituados a las altas y bajas que se producen en la economía, en la forma de trabajar, “pero esto sucede a nivel mundial.
Fue algo que al principio generó mucha incertidumbre porque había poca información real, lo que produjo mucho miedo e incertidumbre tanto en médicos como en pacientes”, manifestó.
A medida que pasaban los días, tuvieron que salir a buscar información, elementos de protección, aprender de los protocolos que se usaban en otros países y tratar de trasladarlos a la realidad local. También enseñar a los colegas sobre las formas diferentes de trabajar, y hacer entender a los pacientes que para cuidarlos debían cumplir su tarea de otra manera.
Es por eso que instó a la población a que tome conciencia de todo lo que los médicos sufrieron durante todos estos meses con el aislamiento y el distanciamiento, que no fueron gratuitos ni emocional ni económicamente.
“El virus está con nosotros, que piensen en la gente que se las está jugando todos los días para cuidarlos. Que no sean irresponsables y que se cuiden. Falta muy poco para la vacuna, que no tiren por la ventana todo el esfuerzo que hicimos para poder salir de ésta”, acotó.
Recibido de médico traumatólogo en 1998, indicó que estar al frente de un sanatorio como el IOT -fundado en 1993 por sus padres, el traumatólogo Carlos Vymazal y la anestesióloga, Matilde Teresita Vázquez (ya fallecida)- “no es tarea sencilla”, como no lo es en ninguna institución del país.
Vymazal está conectado con los directores médicos de la Argentina por el tema de la pandemia y agradece a Dios que Misiones “no fuera tan afectada. Escucho y veo las realidades de otras provincias y los sanatorios de todas las características sufrieron muchísimo, sobre todo en lo económico, porque donde hay internados con COVID-19, no pueden hacer internaciones habituales”.
“Los pacientes no pueden acudir, no se pueden hacer cirugías que no sean de urgencia, entonces no hay ingreso de dinero y hay mucho egreso en materiales descartables y cumplimiento de protocolos. Económicamente fue un año “muy complejo a pesar que nosotros trabajamos bien, porque en Misiones hubo pocos casos”.
Explicó que debido a la devaluación y los constantes aumentos, “con el mismo dinero tenés que tratar de hacer lo mismo que hace un año, y es tarea muy difícil. Cuando el médico o el enfermero pone el pecho a las balas todos los días, está con mucha ansiedad y angustia, porque se puede contagiar o llevar el germen a su casa, y no podés decirle que no le podés pagar el sueldo en tiempo y forma”.
“Hicimos un gran esfuerzo, y con la ayuda económica del Estado, pudimos resolver esta situación”. De todas formas, el IOT sigue generando “más equipos de trabajo, formación de personal con equipo de gastroenterología, de nuevo servicio de hemodinamia, cambio tomógrafo para una mejor calidad de imágenes. A pesar de la crisis y la pandemia, tratamos de apuntalar y seguir creciendo porque si nos quedamos en el tiempo no se puede brindar la medicina que uno pretende”, dijo Vymazal.
El galeno conforma el equipo de trabajo junto a su hermana Verónica como Gerente de Recursos Humanos, y su hermano Federico, a cargo del Departamento de Sistemas del nosocomio.
“Nuestros padres fundaron el sanatorio, nosotros lo heredamos y seguimos trabajando, tratando de que crezca a la par de la población”, aseguró Guillermo, para quien la pandemia hizo que cambiara la relación médico-paciente, y espera que “con el tiempo y la vacuna esto pueda ser, al menos, parecido”.