“Yo soy más de dar que de recibir”, ¿te suena? Existe una ley de dar y recibir, quien da recibe, pero muchas personas no saben recibir, no tienen incorporada esa actitud que es necesaria para poder seguir dando. Quien da sin saber recibir peca de orgulloso, es el ego el que no le permite sentir las bondades que vienen hacia esa persona, las bendiciones que terminan en saco roto si no las recibe con amor.
Pasa que después de dar, el subconsciente espera recibir, pero si no le permitimos hacerlo entonces se produce un bloqueo emocional, poco a poco se van sumando tristezas y llegará un momento en que el vacío será tan grande que el ego le hará decir: “yo que tanto doy y no me dan”.
El primer paso para aprender a recibir es estar abiertos, conscientes de que llegará la devolución que no será de la misma manera, llegará de otra forma y desde otro lugar. Estar atentos para poder recibir y así agradecer, no rechazar. Llegará como elogio, como regalo material, como imagen, en salud, en un pequeño detalle, de cualquier manera llegará. La ley es indiscutible, dar y recibir.
En el proceso de crear nuestra vida maravillosa esta ley es fundamental porque al pensar en positivo, al poner la intención debemos estar atentos para recibirla, pues muchas veces el regalo de la vida llega pero estamos tan cerrados que no lo podemos recibir y entonces cae, se esfuma, viaja hacia otro corazón.
Empieza por sentir que al dar estás recibiendo, es la manera de poder dar gracias sin tener que ver el resultado de inmediato porque ya está ahí para que lo tomemos.
Abrir los regalos que nos hacen es sentir el afecto, sentir que lo tenemos y atesorarlo. Déjense llevar por las bendiciones, no quiten de en medio sus regalos.
Cuando damos con tristeza o lástima, pensando que ayudamos a quien necesita estamos bloqueando nuestro regalo, hay que dar con alegría, elevando la vibración, sabiendo que esa persona que recibe nuestro presente sentirá el cambio en su vida.
Lo mismo ocurrirá en la tuya, sentirás el placer de la alegría y al mismo tiempo estarás elevando tu energía, vibrarás en positivo y atraerás tu regalo.
Esto se dará cada vez con menos tiempo de espera, pues sentirás que ya lo tienes en tus manos, en tu corazón, en tu cuerpo, sea el regalo que sea que estés esperando.
Mientras tanto sigue sintiendo la felicidad de recibir todo lo bueno que llega a tu vida y que te lo mereces, así como crees que otra persona se lo merece. Neville Goddard sugiere que digamos con entusiasmo: “¡¿No es maravilloso!”. Desde hoy comencemos a disfrutar de nuestros regalos: abrimos los brazos y decimos ¡Gracias!.