
Los rellenos sanitarios de Misiones, en operación hace 20 años, tienen fecha de clausura en febrero de 2026. Hasta entonces y bajo el actual ritmo de generación de residuos y metodología de tratamiento, habrá operación asegurada.
Asimismo, se cuenta con reservas de terreno para otros diez años. Ese será el tiempo, en promedio, con el cual se cuenta para avanzar en nuevas políticas, más sustentables, de reducción de cantidad y recolección a cargo de los municipios con apoyo de Ecología.
“A los 10 años se hizo un reestudio del relleno y se vio que tenemos espacio para la clausura en 2026 y reservas de terreno apto en los dos centros ambientales como para otra década”, dijo a PRIMERA EDICIÓN el ingeniero Ricardo Charón, del área de Obras del Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (IPRODHA), organismo que opera como administrador de la concesión del sistema en Misiones, a partir de la sanción de la Ley de Presupuesto 2020 de la Provincia.
Actualmente, según el censo 2010 Misiones supera al millón de habitantes, quienes producen unas 200 mil toneladas al año de residuos domiciliarios. Los residuos patológicos del sistema de salud pública, llegan a las 12 mil toneladas. El sistema también realiza gestión de pilas domiciliarias en relleno de seguridad de las 67 localidades.
Una vez que se dejen de desechar residuos en los rellenos existentes, según explicó Charón se procede a hacer una cobertura para impermeabilizar con membrana de alto micronaje y una cobertura verde; la obra ya tiene el tratamiento de suelo, doble membrana por debajo. Así dejará de recibir régimen pluvial.
“Ya no entrará más agua, ese es el problema de los rellenos sanitarios. El agua de la lluvia lava los residuos y produce lo que se llama lixiviados. Nosotros tenemos un promedio de dos mil milímetros de agua al año, el equivalente a manejar es una superficie de dos metros de agua, que no es poca cosa”, agregó.
Más allá de que se destaca la eficiencia del sistema, no se deja de lado que se hacen necesarias nuevas y mejores políticas de reducción de cantidad y recolección a cargo de los municipios con apoyo del Ministerio de Ecología.
Hasta hace unos 20 años, antes del sistema provincial de Tratamiento de Residuos Sólidos Domiciliarios, Patológicos y Pilas Domiciliarias, todas las localidades tenían su basural a cielo abierto, con todo lo que eso significaba.
“Actualmente los camiones de AESA recorren dos millones de kilómetros en la provincia para llevar los residuos a estos confinamientos controlados ambientalmente”, señaló Charón.
Colapso en Oberá
Para todo el sistema fue un desafío trabajar con esquemas de bioseguridad en pandemia, y eso trajo como consecuencia algunas complicaciones. Estas fueron muy visibles en Oberá, donde después de los feriados por las fiestas se acumularon más de 200 toneladas de residuos.
“Faltó coordinación; de todas maneras se las arregló y pidió régimen especial a la Estación de Transferencia y obtuvo una respuesta positiva, pero fue desbordada de todas maneras”, explicó el funcionario de IPRODHA.
“No se llegó con los tiempos y por eso este martes a la tarde se quedaron con barriadas donde las bolsas no fueron recogidas como se esperaba”, remarcó Charón, para quien “no se trató de una barbaridad”, como se denunció en algunas redes sociales.
El caso sumó una serie de imprevistos, según los datos de la planta, Oberá nunca supera las 120 toneladas y en esa ocasión sobrepasó 200 toneladas.
“No hay que perder de vista que si nuestros operarios se enferman de COVID-19 todo se vulnera, por eso se trabaja con turnos en un esquema reducido, todo eso complicó”, finalizó.

Estudio y cronograma
En el año 1999 se toma la decisión de eliminar la problemática de contaminación generada por más de 200 basurales a cielo abierto de residuos domiciliarios que estaban mezclados con patológicos. El relleno tiene sus inicios en el 2001 y a los 10 años de uso (media vida útil) se trabajó con el grupo Veolia, una de las empresas más importantes de saneamiento ambiental del mundo, para llevar adelante un estudio y un cronograma con vistas a la clausura del relleno de los macizos actuales, prevista para febrero de 2026.
Abarca los lugares donde se están disponiendo los residuos de la provincia que son dos: Fachinal (relleno Sur) y Aguas Blancas, cerca de Caraguatay (relleno Norte).
El comportamiento del clima en las últimas décadas complejiza el manejo de los macizos con respecto a lo previsto, ya que hay marcadas sequías con períodos de abundante lluvia en poco tiempo.