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Tras el extenso parate por la pandemia de coronavirus, el vóleibol argentino se prepara para poner primera. En el caso de la Liga Nacional, principal categoría de ascenso, la pelota volverá al aire el mes próximo con un torneo estilo burbuja en Villa María, Córdoba. Y allí dirá presente un misionero.
Matías Miranda (25) es de Candelaria y se prepara para afrontar su sexta participación en el vóleibol nacional. Lo poco que se jugó en 2020 tuvo mucho de beach: Mati se coronó en el Circuito Misionero e incluso logró la clasificación al Mundial Universitario de España, que se suspendió por el coronavirus. Sin embargo, el 2021 arrancó con otro desafío: volver al indoor y pelear por el ascenso a la máxima categoría nacional.
“Necesitaba volver a jugar a nivel nacional. Tuve que resignar cierta estabilidad económica en Misiones, pero hoy todavía prefiero jugar. Sin dudas, la pasión fue determinante a la hora de dar el sí”, contó Miranda a EL DEPORTIVO desde Corrientes, donde ya entrena junto a Regatas para la Liga Nacional. Nuevo objetivo para el armador misionero.
Mati, el 2021 arrancó con nuevos desafíos para vos…
Así es, voy a jugar la Liga Nacional masculina, que sería la Segunda a nivel nacional, con Regatas de Corrientes. Vamos a entrenar durante todo enero y, entre el 10 y 11 de febrero, viajaremos a Villa María para el torneo, que se va a jugar en formato burbuja. El certamen arranca el 14 de febrero y se va a jugar hasta el 26. Van a ser 32 equipos en competencia. Se hará esa burbuja, que durará unos quince días, hasta que salga un campeón. Son 32 equipos y los cuatro primeros ascienden. Y el objetivo de Regatas es ascender.
¿Cómo llegaste a Regatas?
Ya habíamos hablado el año pasado con el entrenador, Maxi Ledesma, cuando yo estaba metido con el beach. Este año volvimos a contactarnos y se arregló todo. Esta va a ser mi sexta participación a nivel nacional. No jugaba a ese nivel desde 2018, cuando jugué con Tunuyán de Mendoza.
¿Cuáles son esas experiencias?
Mi primera Liga Nacional fue en 2012, con la Selección Argentina menor, que disputa el torneo para ganar experiencia y juego. Al otro año jugué con Regatas de Mendoza, que es el club donde jugué casi toda mi vida; en 2014 pasé a Obras Sanitarias de San Juan, que fue mi única experiencia en la Liga A1; y al año siguiente en Sonder de Rosario. Y en 2018 lo de Tunuyán.
¿Cómo fue jugar una Liga A1?
Fue jugar contra los mejores. Ahí jugué contra Boca Juniors, Bolívar, UPCN de San Juan, todos equipos grosos. Y en cuanto al nivel, creo que hay por lo menos un escalón entre la A1 y la Liga Nacional. Este año quizás no haya mucha diferencia porque muchos jugadores emigraron por lo económico, pero cierto es que no hay mucha diferencia entre los mejores equipos de la Liga Nacional y una buena mayoría de la A1. Quizás la diferencia está en los equipos más fuertes, como UPCN. Ahí sí hay abismo, sobre todo, en lo económico.
¿Y cómo es la situación de un jugador de Liga Nacional?
Te diría que es un torneo semiprofesional, donde hay jugadores que viven de esto y otros que no, y que son la mayoría. En mi caso, quedándome en Misiones trabajando puedo llegar a ganar más, pero vengo sobre todo por la pasión, porque me gusta. Pero sí, tengo un contrato firmado por dos meses con el club, que me da comida, un departamento y un salario.
¿Renunciaste a muchas cosas para volver a jugar en la LN?
Yo soy profe de Educación Física. Si bien no tenía trabajo en las escuelas en Misiones, sí personas a las que entreno de manera personalizada, además de entrenar a las chicas de Berezoski. Es el sacrificio que uno hace por jugar. Hoy todavía prefiero jugar, no importa la diferencia económica. Necesitaba volver a jugar a nivel nacional. La pasión fue determinante a la hora de dar el sí.
¿El vóleibol de Misiones puede soñar con un equipo en la LN?
Creo que no es difícil, hay que tener ganas y un respaldo. Lo que más cuesta es lo económico, cuesta muchísimo viajar, mover un plantel y todo eso. En cuanto al material humano, Misiones tiene jugadores, entrenadores y gente que puede estar a cargo de una Liga Nacional. Hay estadios y sé que el público va a ir a mirar. Lo que faltaría es darle forma a todo eso y alguien que quiera aportar económicamente. Creo que Misiones se vería muy beneficiado con eso. Mirá, muchos misioneros van a jugar esta LN, eso quiere decir que hay jugadores…
¿Dejó algo positivo la experiencia de Misiones Vóley en 2005?
Yo era chico, pero por lo que vi después, creo que no nos dejó nada. Personalmente, creo que la apuesta tiene que ser a los chicos, porque en Misiones llegás a los 16 o 17 años y ya no tenés más torneos. Por eso, que haya un equipo en Liga Nacional permitiría desarrollar a los juveniles, que van a ver un torneo de ese nivel y van a querer jugarlo. Por ahí esa es la diferencia entre un club y una franquicia.
¿Cuál es tu meta para 2021?
A nivel equipo, ascender con Regatas. Y en lo personal, es importante jugar esta LN porque significa volver al ruedo. Mi idea es poder estirar un poco más y seguir compitiendo a este nivel lo más que pueda.
La zona de Regatas
El Fantasma correntino jugará la LN en la zona 4, junto a Salta Vóley, Ferro Carril Oeste, Belgrano de Don Torcuato, Banco Hispano de San Juan, IMC de Río Tercero, Rowing de Paraná y la Selección Argentina menor. En el torneo habrá rivales pesados, como River, Estudiantes de La Plata y Monteros Vóley.