ROMA, Italia (AFP-NA). La renuncia anunciada del jefe de Gobierno italiano, Mario Monti, despertó el lunes preocupación en toda Europa, que teme una tempestad financiera ante el posible regreso al poder de Silvio Berlusconi, tras un año de sacrificios para enderezar la economía y disminuir la colosal deuda pública.La inesperada decisión de Monti de dimitir una vez que se aprueben los presupuestos para el año próximo y después de que Berlusconi retirara el viernes el apoyo al Gobierno técnico, desató notables turbulencias en los mercados.La Bolsa de Milán cayó en la mañana del lunes más de un 2% por la incertidumbre política, los valores bancarios fueron los más afectados, con caídas de entre un 4 y 5%, por el temor de los inversores a nuevas tensiones.El regreso de Berlusconi al ruedo político y sus críticas a las severas medidas adoptadas por el tecnócrata Monti, en general aplaudidas por la Unión Europea, hicieron saltar todas las alarmas y avivaron los recuerdos del año negro, cuando Italia, tercera economía de la región, se encontraba en el abismo y corría el riesgo de salir de la Zona Euro.Las principales bolsas europeas abrieron a la baja y la prima de riesgo, que la semana pasada había bajado por debajo de los 300 puntos por primera vez desde marzo, se disparó el lunes hasta los 360 puntos.Nada comparable sin embargo a cuando alcanzó la cifra récord de 600 puntos hace un año y se temía el contagio.La deuda vuelve a ser el problema y el nuevo escenario político de Italia, genera interrogantes, ya que el presidente de la República, Giorgio Napolitano, el único que tiene el poder de disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas, había preparado una “hoja de ruta ordenada” con elecciones para abril.La situación ahora cambió rotundamente, los fantasmas del pasado vuelven a rondar y muchos editorialistas y comentaristas estiman que las elecciones se celebrarán dos meses antes, en febrero, al menos cuarenta días después de la disolución del Parlamento.Una posibilidad que podría beneficiar a Berlusconi, de 76 años, quien espera celebrar al mismo tiempo elecciones municipales en regiones claves como Lazio y Lombardía, cuya capital es Milán y uno de sus feudos electorales.
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