La red social Twitter lanzó este lunes una prueba piloto en Estados Unidos de “Birdwatch”, una nueva iniciativa que tendrá como objetivo combatir la desinformación a partir del rol de los usuarios, que podrán participar en el señalamiento y en la aclaración de fake news en la plataforma.
“Birdwatch’ (observación de aves, en español), es el nombre de este proyecto, que de momento funcionará en una página web distinta a Twitter, de manera que solo los participantes en la prueba piloto puedan llevar a cabo verificaciones y ver los comentarios añadidos por otros verificadores.
Desde la empresa justificaron esta decisión como una manera de asegurarse de que el sistema genera contexto que la gente vaya a encontrar “útil y apropiado” y, en caso de que los resultados sean satisfactorios, se procedería en un futuro a integrarlo completamente al portal de Twitter.
La medida apunta a “ampliar el rango de voces que son parte de la lucha contra este problema“, dijo el vicepresidente de Twitter Keith Coleman en una publicación en un blog.
Birdwatch permite que los usuarios identifiquen información en tuits que creen puede ser engañosa y escribir notas que provean contexto, explicó Coleman. “Eventualmente esas notas serán visibles para todos los usuarios cuando exista consenso de una buena y diversa parte de los contribuyentes“.
Twitter no brindó más detalles, pero se cree que Birdwatch funcionará al estilo de Wikipedia, donde la información es verificada por diversas fuentes. “Usaremos las notas y sus comentarios para darle forma a este programa y aprender cómo alcanzar nuestro objetivo de que la comunidad de Twitter decida cuándo y qué contexto es agregado a un tuit“.
En un inicio, únicamente han recibido aprobación como verificadores unas 1.000 personas, aunque la cifra podría aumentar hasta las 100.000, indicó la compañía en un comunicado. Si los objetivos se cumplen, Twitter indicó que podría extender el sistema a nivel global en el futuro.
La empresa que dirige Jack Dorsey está tomando medidas más drásticas en moderación y supresión de contenidos en la red, algo que llegó a su máxima expresión con la suspensión permanente de la cuenta de Donald Trump el pasado 8 de enero, cuando aún era presidente de Estados Unidos.
Ese movimiento culminó el concluir 2020, en que las informaciones falsas en torno a la pandemia de COVID-19, las elecciones en EE.UU. y las tensiones raciales en el país dispararon los esfuerzos de moderación por parte de Twitter, lo que a su vez le valió numerosas acusaciones de censura y abrió un debate en torno al poder de las redes sociales y la libertad de expresión.
Fuente: Medios Digitales