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El exceso de confianza terminó por develar “el truco”, ya que el conocido estafador obereño cuyo alias es “El Mago”, citó a una de las víctimas a su “oficina”, que no era ni más ni menos que la sala de visitas y entrada a un hotel donde lo capturó la policía cuando estaba a punto de escapar junto a otros dos cómplices, acusado de ofrecer vehículos en depósito judicial a un precio irrisorio. Ese operativo tuvo lugar el miércoles, sobre avenida Quaranta, tal como publicó ayer PRIMERA EDICIÓN.
Sin embargo, al “Mago” le faltaba parte del “elenco” de la banda. Todos fueron detenidos en las últimas horas y fueron identificados por sus nombres y roles en la organización: “El Mecánico” y “El Gestor”.
Pero, ¿quiénes son estas personas y qué roles cumplieron en el último golpe que se cree dio el “El Mago” en el barrio San Isidro? Según los investigadores fueron piezas claves para que las incautas víctimas, comerciantes y amas de casa, terminaran de creer en la ilusión que fue montando durante tres meses el presunto líder de la gavilla.
De acuerdo a las denuncias, ambos individuos estuvieron presentes en la reunión-fiesta de fin de año que organizó “El Mago”, para quien parece que las primeras impresiones y el montaje en escena son fundamentales.
Ese día el ahora detenido les anunció a “clientes” que solamente faltaban “unas fotocopias de DNI” y la entrega de los vehículos en depósito judicial era un mero trámite.
Les había pedido dinero como parte de entrega para adquirir automóviles, camionetas y utilitarios a un precio irrisorio. Además, otras sumas para “papeleos” administrativos.
Antes de un simbólico brindis (con bebidas y picadas que “El Mago” habría sacado a cuenta de un kiosco de una de las víctimas y que nunca pagó), les presentó a los concurrentes a un supuesto mecánico y a un gestor o dueño del remate judicial, siempre de acuerdo a las denuncias.
Les mostró fotos de los flamantes vehículos y les dijo que la próxima reunión sería para celebrar la entrega de las llaves, tal como contaron ante la policía los damnificados.
Sin embargo y como en todos los casos donde figura el mencionado individuo como protagonista, de pronto simplemente desapareció con el dinero y las ilusiones de las personas que confiaron en él y le entregaron sumas que van desde los siete mil hasta los 120 mil pesos en todo concepto.
La policía no lo dejó ir muy lejos y le siguió el rastro porque había vuelto a citar a una de las mujeres estafadas a un hospedaje posadeño, para un último pago.
No se sabrá nunca si fue exceso de confianza por parte de “El Mago” o tal vez una mueca del destino que hizo que su “truco” quedara develado. Lo cierto es que ahora detenido espera ser indagado mañana por el juez de Instrucción 7 de Posadas, Miguel Mattos, donde podrá dar su versión de los hechos o llamarse a silencio.
Más de tres décadas vinculado a engañar a millonarios y hasta a una cooperadora
“El Mago” lleva más de 30 años involucrado en casos de estafas y con modalidades o maniobras diferentes. Desde vehículos, casas, emprendimientos comerciales, campañas de candidatos políticos hasta financieras. Todos los detalles lo habrían convertido en un hábil timador al que las “caídas de telón de cada show” no lo amedrentaban y volvía a escena con nuevos “pases de magia”.
Sus datos filiatorios lo describen como de 61 años, nacido en San Pedro pero arraigado al barrio Villa Svea de Oberá. Sus modalidades son múltiples y sólo en la década pasada se lo vinculó a 20 causas y desde el 2001 que fue condenado por primera vez, suma hasta la fecha cuatro condenas firmes.
Hace tres meses, miércoles 4 de noviembre, recuperó la libertad porque se le había vencido el plazo de la prisión preventiva y el delito que se le imputaba permitía la excarcelación.
Sus primeras maniobras delictivas fueron en Oberá y con el “cuento de la política”. Convencer a personas con aspiraciones a cargos locales o provinciales que podía “llevarlos a la fama y hacer carrera” en pleno fulgor del menemismo de los ‘90. Se habría mostrado como experto “en imagen”, hoy sería un vernáculo “Durán Barba”, según compararon las fuentes de investigadores a este Diario. “Cobraba montos nada despreciables y ofrecía contactos y todo los productos de mercadeo político, incluyendo volantes o pasacalles para promoción, pero estos nunca llegaban a la calle”.
También fue vinculado varias veces como falso gestor de entidades ligadas a la construcción de viviendas o la entrega de vehículos. Su especialidad era cobrar por adelantado algo que después no podía cumplir. Por ejemplo, adelantos en efectivo para la adjudicación de casas de IPRODHA o automóviles en depósito judicial. Eso sí, una vez que tenía el dinero en mano, desaparecía. Hasta fue detectado como falso empleado de la AFIP, nombre con el cual pudo pergeñar varios engaños.
Se habría perfeccionado en falsas transacciones comerciales. Montó comercios y financieras, hasta en Paraguay.
En el vecino país lo denunciaron en 2017 por el intento de estafa cuando simuló que iba a comprar una empresa de transporte de caudales. Mostró interés como cliente para llegar a los dueños y demostrar intención de adquirir por 10 millones de dólares toda la firma. La maniobra fue detectada a tiempo, precisamente porque el dinero nunca existió.
En Garupá aceitó al máximo su capacidad y sin sacar un peso de su bolsillo a mediados de 2019 consiguió hasta los muebles y custodia para abrir una casa de préstamos. Sus víctimas fueron un empresario y un abogado de Posadas.
Antes de ser detenido el miércoles se lo vinculó al robo a la cooperadora de una escuela rural de Wanda. Presuntamente era el representante de una pequeña empresa de cobro de servicios especializados de educación. Por esto tenía pedido de captura librada desde el Juzgado de Instrucción de Puerto Iguazú.
Gracias a esta trayectoria ya conoció las unidades penales de Oberá, Eldorado y Posadas. Y nada parece frenarlo.