
El jueves pasado, las hermanas Viviana y Alexandra Alonzo tomaban mate mientras pensaban que debían comprar nuevos uniformes escolares para sus hijas; Isabella de 10 y María Eugenia de 7 años. Los del año pasado ya no les quedan y solamente los usaron por 16 horas.
“Es que debido a la pandemia tuvimos cuatro días de clases por cuatro horas y a mi nena ya no le entra el uniforme. Entonces me quedé con calzados e indumentaria del colegio, todo prácticamente nuevo”, contó Viviana en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
Entonces pensó que “al 90 por ciento de los padres nos pasó esto, nos quedamos con los uniformes impecables”. Y surgió la idea; “le dije a mi hermana ‘armemos un grupo de WhatsApp y agreguemos a nuestros contactos para vender y así recuperar algo’”.
Y así crearon el grupo; “Venta uniformes y zapatos”, exclusivo para padres cuyos hijos asisten al Instituto Superior Santa María.
Para sorpresa de las hermanas Alonzo, en cuestión de minutos los padres comenzaron a conectarse, de repente eran 195 contactos. “Luego, en el trascurso de la tarde del viernes éramos 270, está el que vende y sale cuando vendió todo”.
De acuerdo a Viviana “fue tal la repercusión que debimos avisar al colegio, la mesa directiva incluso nos felicitó por la iniciativa. Queremos aclarar que es una idea de los padres y no del instituto. Somos los papás los que vendemos o intercambiamos entre nosotros y esperamos que padres de otras escuelas lo puedan hacer, porque todas las mamás tenemos una camisa o una pollera que no le queda a nuestra hija y la situación económica está difícil, que saques una diferencia y puedas comprarle otra realmente suma”, expresó Viviana.
Dentro del grupo existen reglas claras: “Prima el respeto mutuo, nada de subir groserías, ni memes ni cadenas, tampoco vender artículos que no sea indumentaria del Santa María, por suerte todos cumplen”, detalló Viviana. Además, se respetan los horarios que “es lo último que se pidió”.
En cuanto al sistema de venta “la idea es que subas una foto del artículo con el precio y si algo te interesa lo negocies en privado con el vendedor. Es un grupo interesante”.
Para esta joven madre, el 2020 significó “un año difícil para todos, a nadie le viene de más comprar algo a menor costo. Las necesidades son diferentes en todas las casas”.
En el grupo la variedad de indumentario y calzados es enorme: se venden desde jumper de nivel inicial a equipos de educación física, uniformes completos de primaria y secundaria, zapatos y zapatillas de distintas marcas.
“Del secundario no es tanta la venta porque desde los 12 años los niños no crecen tanto y dura más. El privilegio que tenemos es que usamos el mismo uniforme desde 4 grado hasta 5 año, entonces si tenés un alumno de 7 grado y pasa a 1 año puede usar el mismo uniforme, no crecen tanto. El mayor movimiento es de salita en adelante hasta 6 grado, es donde te dejan más rápido la ropa y tenés que comprar todos los años”, detalló Viviana.
También se venden las corbatas: “hay más pequeñas, más largas, remeras, camisas, abrigos. Todos con la insignia del Santa María”, precisó.
En cuanto a los precios, se puede adquirir un short de nivel inicial a 300 pesos, remeras de educación física a 500 pesos, camisa a 700 pesos y en la mayoría de los casos “te regalan la corbata, se venden zapatos y zapatillas en todos los números. Incluso hay promos; dos zapatos por 300 pesos”. Los talles más solicitados son del 25 al 33, niños de 1 y 4 grado.
También se venden las polleras a 700 pesos, jumper por 700 pesos y “en menor demanda uniformes de la secundaria, es lo que menos rotación tiene”, finalizó.
Recuperar unos pesos
Un zapato que pagaste 2.500 pesos “lo podés vender a 2 mil, el zapato esta prácticamente nuevo y de allí nace la idea de crear el grupo”, manifestó Viviana Alonzo, madre de Isabella de 10 años, alumna del Colegio Santa María.
16 horas de clase presencial. “Como en todos los colegios empezó un lunes y el jueves terminó, por lo que usaron muy poco la ropa”.
Una idea de los padres
“Todo esto es cosa de los padres, la institución no tiene nada que ver pero sí tienen conocimiento. Tuvo tal repercusión que me asusté, es exclusivo de los padres del Santa María para poder vender los uniformes que tenemos guardados”.