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Los presidentes de las cooperativas de agua de la provincia están que trinan, por la deuda millonaria que tiene la Provincia con estas instituciones, por el consumo de agua potable en dependencias oficiales.
Algunos incluso están proponiendo alguna medida de protesta, debido a que resulta imposible sostener las finanzas de las entidades.
A grandes rasgos, calculan que la Provincia mantiene con ellos una deuda superior a los 50 millones de pesos y que sólo realiza pagos parciales con retrasos de un año o más.
Para colmo, uno de los cooperativistas contó a PRIMERA EDICIÓN que cada vez que va a cobrar una deuda, al salir con el cheque en la mano, se encuentra con que le están esperando los directivos de EMSA para cobrarle el consumo de la energía eléctrica.
Les exigirían que endose el cheque, con lo cual, se vuelven a sus cooperativas con las manos vacías.
De los consultados por este Diario, la desagradable situación les ocurrió a varios miembros de la FEMICAP.
Los retrasos del 830
Desde hace más de 20 años, los pagos de la Provincia a las cooperativas por el consumo de energía eléctrica se rigen por el Decreto 830, como se conoce en el ámbito de los cooperativistas. Establece que las facturas por consumo de agua se deben presentar al Ministerio de Hacienda cada tres meses y el expediente debería tener una demora de otros dos meses.
Cumplido ese plazo, a los cinco meses, deberían estar recibiendo los pagos. Sin embargo, la realidad es otra.
Hay facturas que demoran un año, otras un año y medio y hay casos excepcionales que llevaron dos años para cobrar, contaron algunos de los presidentes en el grupo de WhatsApp que agrupa a los cooperativistas.
Por lo bajo se quejan de que Daniel Sena, el presidente de la institución, “es muy tibio para elevar los reclamos” a la Provincia y solamente “hace de vocero anunciando cada vez que va a salir un pago”.
“Pero nosotros ya no queremos los pagos parciales, porque nos deben un millón y nos pagan 100 mil pesos, así no podemos pagar ni siquiera los intereses que nos cobra EMSA”, se quejó un dirigente de la Zona Sur.
Dentro del complicado contexto, las cooperativas más chicas son las más apremiadas, debido a que no tienen otras fuentes de financiamiento como las grandes, que administran servicios adicionales como electricidad, televisión por cable, Internet, entre otros.
Como ejemplo, otro de los 54 miembros publicó la factura que recibió por la energía eléctrica que consumió, donde se refleja que el mismo asciende a los 71 mil pesos y el reclamo por los intereses de EMSA sube a 66 mil pesos.
“EMSA nos mata con los intereses, pero nosotros cobramos un año y medio después y no podemos aplicar intereses”, relataron entre los dirigentes.
Situación insostenible
La situación económica se está tornando insostenible y las entidades más chicas, que están con más problemas financieros, no descartan realizar alguna medida de protesta o diferenciación de las más grandes, que se encuentran con más “espalda económica” para soportar la situación.
En el grupo de WhatsApp circularon varias propuestas: cortar la ruta, cortarle el suministro de agua a las instituciones de la Provincia (comisarías, escuelas, Salud Pública).
Incluso algunos creen que la idea es separar a las entidades que sólo se dedican al agua potable, en otra Federación, porque tienen una realidad diferente a las que brindan también el servicio de electricidad.