El ejercicio aporta bienestar. Ninguna novedad para aquellos que practican deporte con asiduidad. Pero se tiene que hacer a conciencia. Es decir, combinar rutinas variadas que tonifiquen los paquetes musculares de todo el cuerpo con el objetivo de mejorar la condición física sin lesiones.
“Lo mejor es empezar con un trabajo de fuerza y después hacer un entrenamiento cardiovascular”. El motivo de esto es meramente fisiológico.
Las contracciones musculares en el trabajo de fuerza no se pueden realizar con la energía que procede de las grasas. El organismo usa las reservas de glucosa almacenada en el músculo para dar respuesta al entrenamiento de fuerza; y para el cardiovascular, accede a los depósitos de grasa de forma más rápida para la obtención de la energía. Si primero hacemos el entrenamiento de cardio, una mayor parte de las reservas energéticas, procedentes de la glucosa, se habrán degradado con el ejercicio aeróbico y, después, para hacer el de fuerza la persona mostraría fatiga.
¿Pero es necesario juntar fuerza y cardio en una misma sesión? Si disponés de tiempo, lo mejor es trabajar unos días fuerza y otros cardio. De esta manera se aprovecha más cada sesión y se obtienen mejores resultados tanto en la fuerza como en el cardio.
El movimiento es necesario y tan importante como dormir o comer; si cada día dormís y comés, también hay que hacer ejercicio a diario. ¿Por qué pensamos que con hacer ejercicio tres días a la semana ya será suficiente? Si no tenés tiempo para dedicar unos minutos del día a cuidarte, a lo mejor debés replantearte tu vida si querés tener salud en un futuro. Si no hay ningún momento para el ejercicio físico es que algo falla. Con 40 minutos diarios es suficiente.
Más allá de eso, “lo prioritario es la fuerza”. “La fuerza es la capacidad física básica más importante, a partir de la cual se fundamentan todas las restantes. Hay estudios que relacionan niveles de fuerza con la longevidad y la calidad de vida. El cardio tiene muchos beneficios pero no se puede comparar con la fuerza”.
Además, según él, las pulsaciones suben haciendo trabajo de fuerza y por lo tanto también se mejora la resistencia cardiovascular. “Si elegís bien los ejercicios de fuerza vas a subir las pulsaciones tanto o más que corriendo. Haciendo fuerza también trabajas el cardio. No son dos cosas independientes. El trabajo de fuerza es un 2 en 1; en cambio el cardio sólo te dará mejoras a nivel cardiovascular y de resistencia”.