El de este martes será un aniversario que pasará casi desapercibido debido a las restricciones impuestas por la pandemia pero los hinchas del “Lobo” se mostrarán entusiastas y orgullosos de pertenecer al club decano, tricampeón provincial. “Teníamos pensado hacer algún partido amistoso, pero como aún no está habilitado al público, vamos a esperar.
Celebraríamos unos meses más adelante cuando surjan los permisos para que el público jardinense pueda acompañar el evento”, explicó Carolina Mabel Barboza (45) presidenta del Club Social y Deportivo Jardín América, a poco de culminar su mandato de dos años.
“Cuando la gente nos encuentra, pregunta cuándo volvemos. Tenemos la suerte que los seguidores acompañen deportivamente al equipo, juegue adonde juegue. Los domingos estábamos acostumbrados a mandarnos mensajes preguntando ¿adónde vamos?, ¿quién viaja?, nos juntábamos y nos íbamos todos”. Sin embargo, ahora todo está postergado. Barboza es la primera mujer en presidir el club aunque aclaró que, años atrás, por unos meses, lo hizo Fidelina de Altamirano.
Carolina incursionó en la actividad junto a su hermana Patricia, de la mano de su papá, Carlos, quien falleció hace 18 años y desempeñó varios cargos dentro de la institución. “Papá siempre estuvo metido en las actividades del club, en subcomisiones, como presidente, vicepresidente.
Por las noches asistía a las reuniones; de día estaba pendiente de algún jugador, de lo que faltaba acá, y los domingos prácticamente no existía desde temprano. Con mi hermana nos criamos así. Una se quedaba a atender el bar de mi papá, y la otra iba con él. Esas ganas de alentar y de estar pendientes del Club Jardín la tenemos de chicas, gracias a mi papá que era un fanático”, recordó, emocionada, y agradecida “a esa gente que sigue apostando al crecimiento del club y colabora día a día”.
Don Barboza “no imaginaba que su hija sería presidenta. Lo que sí sabía era que siempre estaríamos apoyando” al Celeste y Blanco.
Su esposo Héctor e hija Dandeana trabajan a la par y la acompañan a todos lados. Es que como la mujer se desempeña como comerciante, tarea que demanda toda la jornada, Héctor es quien se ocupa de las cuestiones puntuales.
“Cuando una máquina tiene que ir a la cancha, por ejemplo, es él quien va, espera, se ocupa de supervisar. Es de gran ayuda, es un apoyo muy importante para mí. La comisión está integrada por gente joven que tiene ocupaciones, no dispone de tiempo, y hay horarios en los que hay que estar”, comentó la dirigente.
A modo de anécdota confió que su hermana Patricia, no estaba enterada que Carolina encabezaba la lista para presidir el club. “Me preguntaba si se iban a hacer las elecciones, y cuantas listas había. Es que por la experiencia con mi papá, sabe que el club insume mucho tiempo, viajes, entonces cuando empecé a frecuentar me decía ‘vos no te vayas a meter mucho’. Claro que no, le contestaba yo. Cuando fui electa y comenzaron a llover las felicitaciones, me dijo: ¡no me contaste! Pero se puso contenta”, agregó, entre risas quien los domingos “normales” sale de casa a las 8 y regresa alrededor de las 21.
También se refirió a su hermano, a quien por las ocupaciones, no veía desde hacía tiempo. “Cuando me llamó le dije que estábamos en Capioví. Prepará un mate y vení, le sugerí. Cuando llegó a la tribuna comentó: ‘¿pueden creer que tuve que pagar cien pesos para tomar un mate con mi hermana?’. El año pasado, cuando empezó la pandemia, dijimos que vamos a descansar, pero pasaron un par de domingos y ya empezamos a extrañar”, manifestó.
Trabajo de hormiga
Antes de la presidencia, Carolina estuvo trabajando como parte de una subcomisión de fútbol. Y más adelante en un grupo de apoyo, con el fin de ayudar a la institución en lo que significa arreglos edilicios. Es que “mientras que se compite, cuesta mucho realizar una actividad para recaudar fondos para los arreglos además de las competencias y los viajes. Formamos un grupo de apoyo al ‘Lobo’ y empecé a trabajar dos años antes de ser candidata a presidente”, narró.
Ganó las elecciones en 2019 y en marzo venidero debería producirse el recambio de comisión, aunque debido a la pandemia las asambleas se encuentran suspendidas. “Mi mandato termina este año. Mi experiencia no fue fácil, pero como veníamos trabajando con el grupo de apoyo, la gente que lo conformaba me siguió apoyando en el trabajo, en las actividades”.
“Esto no se puede hacer sola, sin la ayuda de una comisión, de un grupo de gente colaboradora. Pero me sentí bien, me sentí cómoda, porque dentro de nuestra comisión se resuelve todo con comunicación y cuando cada uno pone su granito de arena y va aportando su parte, se hace todo más ameno, liviano”, aseguró Barboza, orgullosa de su aporte al “Tricampeón”.
El primer año fue de mucho movimiento, de participar en la Liga de Puerto Rico con todas las categorías. Durante el año de pandemia se abocaron a los arreglos que “no se podían realizar o se efectuaban esporádicamente.
También se revisó la documentación del club, se pusieron papeles en regla, la personería jurídica, las distintas disciplinas, arreglos dentro de la sede social, que estaba un poco decaída. También se hicieron arreglos en el estadio del barrio San Martín.
Fotografías: extraídas del Capítulo XIII: Club Jardín América, del libro “Jardín América del ayer” del periodista Horacio Cambeiro.