Esto siempre representa un círculo entre el malestar que no lo valorizamos lo suficiente hasta que se hace dolor para luego quedar como una patología crónica.
Ese es el caso de Josefina que con 52 años tiene el aspecto de una mujer mayor por su historia de vida. Trabajó en diferentes lugares, pero hace 6 años comenzó en una empresa donde fue teniendo diferentes funciones, hoy es secretaria muy respetada por su gran eficacia.
El motivo de su consulta fue por la conocida gastritis y ahora se sumaba una tos seca que ya la estaba asustando por su cronicidad.
Todo el día estaba cansada y tenía esa sensación de obligación diaria, sumaba su preocupación si no tendría algo más.
Comenzaba su día a las 5.30 pero “no tengo tiempo para nada” y sí lo tenía para todos. Las interrelaciones personales y nuestra sobreexigencia diarias son la gotita que colma el vaso.
La gastritis es una inflamación del estómago, no es normal, no es decir y “bueno además tengo la gastritis de toda la vida”.
No tomar la inflamación, dolor, ardor, distensión o constipación como algo normal.
La gastritis le provocaba un sangrado mínimo que no se notaba como tal, ya que el sangrado estomacal se traducía como materia fecal dura y oscura. Esto sumado a una deficiente alimentación provocaba anemia, origen del cansancio y al consumir harinas y lácteos tenía el síndrome inflamatorio intestinal que disminuía la absorción de micronutrientes.
Parar y escuchar nuestro cuerpo, sentir lo que no nos está haciendo bien y reveer la situación desde lo simple es lo más importante para no llenar nuestro cuerpo de medicamentos.
Tomando lápiz y papel y escribir es la mejor manera del darme cuenta de todo lo que hago y organizarme con alimentación y suplementos adecuados, acordes a mis actividades, descanso físico y mental adecuados que significa incluir actividades recreativas además del trabajo.
Nuestro cerebro tiene la capacidad de llevar al inconciente un montón de cosas y guardarlas aparentemente, pero nuestro cuerpo las manifiesta con síntomas y signos.
La gastritis es esa suma de situaciones que dejamos pasar y no las digerimos, pero que no decimos para evitar problemas y estar tranquilos. Esta apariencia de “estar bien” para todos y sólo hacer sin parar nos lleva a que la inflamación sea cada vez más intensa, para luego seguir con reflujo que puede ser la causa de la irritación y que provoca tos, a veces sin producir acidez, también puede ser la causa de dolor de pecho o constipación, que luego desencadenará en un posible colon irritable. Por eso, lo ideal es disminuir al máximo la ingesta de harina de trigo y lácteos.
La gastritis mejora al disminuir los tóxicos emocionales, de ahí fijar la importancia de recreación y descanso y no solamente antiácidos o alimentación.
Feliz y bendecido domingo.