Los niños de todo el mundo han perdido desde el inicio de la pandemia una media de 74 días de educación cada uno, más de un tercio del curso escolar, debido al cierre de centros y a la falta de acceso al aprendizaje a distancia, según un estudio publicado este martes por la ONG Save the Children.
El análisis, basado en datos de 194 países, estima que los días sin educación de todos los menores afectados ascendieron en total a 112.000 millones a nivel global, una cifra que esconde una acusada brecha entre zonas geográficas de diferentes niveles de desarrollo.
Sin Internet para estudiar
Los niños del sur de Asia, América Latina y el Caribe, por ejemplo, perdieron cada uno de media 110 días de educación, casi el triple que el alumnado de Europa Occidental (38 días) y más del doble respecto a otras zonas de Europa y de Asia (unos 46 días).
En el África subsahariana, el tiempo desaprovechado fue de 69 días, mientras que en Oriente Medio la cifra escaló hasta los 80 días, contados desde febrero de 2020, cuando se decretó por primera vez el cierre de colegios en varios países del mundo para frenar el avance del COVID.
La falta de acceso a la educación lastró especialmente a los niños refugiados, con discapacidades o de familias vulnerables o en zonas rurales, una problemática que Save the Children alerta que no es exclusiva de países en vías de desarrollo.
En los Estados Unidos, más de 15 millones de estudiantes de colegios públicos carecían de conexión a Internet para la educación a distancia, según la ONG, una proporción superior a la de casi todos los países europeos, exceptuando Bulgaria y Rumania.
América Latina pierde un año escolar
“Las consecuencias para los jóvenes es que habrá un retroceso en su progreso escolar”, señaló a Efe Victoria Ward, directora de Save the Children en América Latina y el Caribe, donde advierte que todo un curso sin clases puede tener un impacto “enorme” a nivel económico.
A pesar del afán de los gobiernos para garantizar la educación a distancia, explica Ward, las medidas decretadas resultaron insuficientes por la falta de acceso a Internet, que ha expuesto a muchos niños “a la violencia de la calle, a la violencia intrafamiliar y a trastornos emocionales”.
Para paliar estos efectos y procurar que el alumnado vuelva a llenar las aulas cuando puedan reabrir, es necesario “invertir en incentivos económicos” para las familias vulnerables y desplegar campañas enfocadas a las niñas, porque “son ellas las que no regresan cuando hay cierres prolongados”, avisa la directora regional de Save the Children.
A su juicio, los niños han sido los grandes olvidados en América Latina durante la crisis del coronavirus, que “como empezó afectando a adultos mayores, hizo perder de vista los grandes problemas que iba a causar para la niñez”.
Revertir esta situación de déficit educativo requerirá que los gobiernos planifiquen de la mano de la comunidad internacional inversiones en educación y protección social, de modo que no se pierda “la oportunidad de mejorar los sistemas educativos”, remarca Ward.
“Los niños en América Latina y el Caribe han estado fuera del aula más tiempo que cualquier otro niño en el mundo”. Así, con esa frase, Jean Gough, director regional de UNICEF para América Latina y el Caribe, resumió el hecho de que las escuelas en la región fueron las más afectadas a nivel mundial debido a la pandemia del COVID-19, de acuerdo a un informe dado a conocer este miércoles.
Según el informe, cerca de 60% de los menores en edad escolar de la región perdieron el año lectivo. Y dos tercios de los países donde la mayoría de los colegios están cerrados de manera permanente se encuentran en la región
Un año sin clases
De acuerdo a datos de UNICEF, 95% de los países de la región reporta haber creado una plataforma en línea para apoyar la educación, 77% y 64% reportan haber recurrido a programas de TV y radio, respectivamente, y un 55% recurrió al envío de material vía SMS o tecnología celular, cifra similar a los que han distribuido materiales impresos.
La eficacia de estos formatos fue objeto de crítica y su impacto real no reemplaza a la educación presencial, según señalan distintas organizaciones y los mismos actores educativos.
Este cierre extendido de los colegios y escuelas en América Latina, donde se estima que al menos 150 millones de niños se encuentran en edad escolar, puede tener un efecto devastador en las generaciones futuras. “Los niños ya perdieron un año. Y si no se hace algo inmediatamente, también van a perder un segundo año”, señala Ruth Custode, especialista de educación en emergencia de UNICEF.
“Cada día que pasa se agrava más una situación que ya de por sí es la más catastrófica referente a la educación en los años recientes”, agrega Custode.