Hoy es el día de cada mujer, de cada niña que levanta su voz por los derechos.
Desde el lugar de mujer empoderada, que puede y debe exigir sus derechos, ejercer liderazgos, aprovechar oportunidades de educación y empleo, sin duda alguna esto es así y son nuestros derechos, aunque también pensé que son derechos que tenemos todos como seres humanos, no por el hecho de ser mujeres. Entonces, me dije que iba tirar algunas ideas respecto de nuestro día y la primera impresión es que debemos empezar a respetarnos a nosotras mismas. Las mujeres entre mujeres. Creo que desde ahí se pueden construir los reclamos que nos merecemos.
Si queremos que nos respeten debemos empezar a respetarnos entre nosotras; la igualdad que pretendemos entre hombres y mujeres como socios nace del respeto por cada una de nuestras opiniones, de nuestra especial manera de ser, de pensar y de cómo encaramos nuestra vida. Y lo que queremos de ella. Únicamente así se podrá avanzar en los medios que existen para eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas.
Nos olvidarnos de enseñar que no debemos ser envidiosas, celosas ni crueles con las demás MUJERES.
Ser exitosa, entrenada, inteligente, gran madre, novia o profesional no significa ejercitar las neuronas o los músculos. No, mujeres. Significa encontrarse a una misma con lo que nos gusta hacer, con aquellas cosas que nos hacen felices, ser capaces de aprender, ser capaces de sostener lo que sabemos y deseamos para nosotras y para todas las mujeres del plantea. Significa sostenernos y vivir.
La pobreza, la ignorancia, la injusticia, el racismo,la violencia y la privación de nuestros derechos básicos son los principales problemas que enfrentamos las mujeres, pero también los hombres. Entonces, ¿por dónde empezamos para que realmente nuestros derechos se sostengan en el tiempo en todas partes del planeta?
Empecemos por colaborar, ayudar a nuestras hermanas que están en la pobreza, en la ignorancia, en la injusticia y el racismo, que son violentadas y muertas.
Empecemos por no defenestrarnos entre nosotras, en juzgar y criticar a la que piensa distinto, se viste distinto, se ve distinta, que hace cosas distintas. Empecemos por respetarnos nosotras, por amarnos, ayudarnos y mejorarnos cada día como mujeres.
Si permanecemos sólo como víctimas, como sobrevivientes sin avanzar hacia el florecimiento nos limitamos y cortamos la energía hacia nosotras y nuestro poder en el mundo a menos de la mitad. Tengamos cuidado con sentirnos orgullosas de ser sólo sobrevivientes, cuidado con ese orgullo de portar un color que lo único que hace es separarnos más y que luego nuestras luchas se convierten en un peligro para nosotras.
A veces tenemos miedo de saltar, de avanzar más allá del rol de sobreviviente, por ser exactamente eso: un rol, un color, una marca de distinción, un logro de “¡Malditas sean las que no piensan como yo!”.
Nuestro deseo de sobresalir pisoteando a nuestras hermanas y el mal uso de nuestro discurso, nuestra falta de lealtad y devoción, nuestro estado de separación es lo que tenemos que cambiar. Nuestras arrugas psicológicas, nuestra visión de insuficiencia, malos entendidos y fantasías infantiles son las cosas que nos dañan y no nos dejan avanzar.
A veces se trata simplemente de saltar. Trabajemos en lo que realmente nos importa y nos hace bien, en nuestras cosas, que las reguemos son valentía, esfuerzo, amor, con sangre, sudor y lágrimas hasta florecer. Ésta es la tarea. La única tarea.
Seamos bondadosas entre nosotras, no necesitamos tener dinero, títulos, ser alta, flaca o hermosa para lograrlo. No es así. Necesitamos de muchas mujeres que estén dispuestas a pelearla, con autoridad moral y personalidad. Por nosotras mismas y por las otras. Comprometámonos con nosotras.
Pienso que si cada una pudiera darse cuenta que el trabajo es seguir haciendo el trabajo, seríamos mucho más feroces, estaríamos mucho más en paz y conseguiríamos muchas mas cosas.
Para poder ver la dirección correcta debemos ser capaces de ver las equivocadas.
Feliz Día mujeres, amigas y compañeras. Con las manos unidas será mucho mejor.