El obispo de Iguazú, Marcelo Raúl Martorell, anunciaba públicamente el 9 de marzo del año pasado que ya presentó ante el Vaticano su renuncia al cargo, al haber cumplido los 75 años el 1 de marzo anterior.
Fue durante el acto oficial de inicio del ciclo lectivo 2020, en San Pedro, donde dijo sentirse “viejo” y que deseaba dejar su lugar al frente de la Diócesis a alguien más joven.
Desde hace unos años, la costumbre de que los obispos y otros miembros de la Curia católica renuncien a sus cargos al cumplir los 75 años se convirtió en norma, a partir de un “motu propio” (documento papal) firmado por Francisco en 2018 que establece que cuando los prelados, obispos y titulares de especiales cargos pastorales cumplan 75 años “son invitados a presentar al Sumo Pontífice la renuncia de sus deberes pastorales”. Luego, es el propio Papa el que debe decidir si acepta dicha renuncia o prorroga la permanencia en su cargo.
El salteño Marcelo Martorell llegó a Misiones procedente de Córdoba y asumió como obispo de Iguazú el 3 de octubre de 2006, en reemplazo del catalán Joaquín Piña, cuando éste ganó las elecciones a convencional constituyente de la provincia y se mudó a vivir a Posadas.
Su sucesor, Nicolás Baisi, fue nombrado el 8 de mayo y asumió a principios de julio del año pasado.