Ya nos encontramos a mediados de marzo, se acerca el otoño, que en lo personal representa la estación de la semilla. Es época de plantar todo aquello que queremos que florezca en primavera y si hablamos de energía y colores ¿cómo te estás llevando con el color naranja?, el otoño trae estos colores: marrones, naranjas, ocres, los terracotas, donde las hojas de los árboles pierden su color y se dejan caer.
Si ponemos atención al árbol nos enseña sobre la vida, estos seres que parecen estar ahí quietos, firmes, de manera rígida, que parecen no hablar ni escuchar, en realidad hacen todo eso y más, así empecemos con la tierra, color marrón, o en nuestro caso anaranjado, lo que nos habla de que la energía está latente en este suelo que pisamos, lleno de minerales, hierro etc. Naranjas y terracotas energía, fuerza, vitalidad, en donde la semilla comienza a crecer para arriba, mostrando su tallo y sus hojas, por debajo ocultando sus raíces, ambos se dejan ver con un color marrón hacia afuera y verde por dentro, donde corre toda su savia.
Cada otoño el árbol muestra cómo deja que lo viejo se vaya y esto ocurre sin presiones, sin tensión, el árbol sabe que es parte de su ciclo y que si retiene las hojas, la energía se estanca y lo nuevo no puede emerger.
Es difícil soltar, pero es necesario para seguir creciendo, para llegar a ser cada vez nuestra mejor versión. En esta parte, el verde de la hoja se fue cambiando a un naranja y luego a un marrón, y esta sería la analogía, verde crecimiento puro, juventud, conexión con todos los seres, naranja madurez, se comienza a trabajar con el desapego, es el disfrute de vida y por último el marrón, representado por todo aquello que nos cuesta, soltar lo viejo, lo que nos consume energía.
Así que te pregunto: ¿cómo vas con tu arbolito interior?
En cada estación nos renovamos para comenzar a sembrar, eso sí ¡recordá soltar lo viejo para que la magia de lo nuevo te lleve a tu mejor versión!