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Un capo narco condenado a 20 años de prisión solicitó mediante una maniobra legal ser trasladado desde su actual lugar de reclusión a la Unidad Penal 17 de Candelaria, pedido que le fue denegado de plano y según la Justicia por temor a que se produzca una fuga o “rescate”.
Para ello hay que tener en cuenta que no es un delincuente común, se trata de Florentino Dante Niemiz, quien debe purgar dos décadas de cárcel como organizador de la banda que traficaba cocaína en avionetas desde las estancias Santa María del Aguapey y Santa Ursula, en Santo Tomé (Corrientes). Dicho aeródromo era controlado por el Comando Vermelho, el segundo cartel de drogas más poderoso de Brasil, con “base de operaciones” en Río de Janeiro.
Por si fuera poco esta organización (de la que se cree hay 50 mil integrantes activos) tiene como aliados al Primeiro Grupo Catarinense, Família do Norte y organizaciones criminales de Paraguay.
En base a estos antecedentes y el evidente peligro de un intento de que lo “rescate” alguna de estas facciones, más teniendo en cuenta la posición geográfica cercana a las fronteras, el Tribunal Federal de Corrientes le denegó el pedido de traslado a Misiones a Niemiz, quien actualmente se encuentra alojado en la Unidad Penitenciaria Federal 11 de Sáenz Peña, Chaco.
Este individuo fundamentó la petición en el agravamiento de su estado de salud, sumado al hecho de que su grupo familiar reside en la localidad correntina de Gobernador Virasoro.
El Tribunal, en su resolución a la que tuvo acceso PRIMERA EDICIÓN, precisó que “según se probó en el juicio, Florentino Dante Niemiz conformaba una asociación ilícita cuyos integrantes tenían conexiones en la Argentina, pero también en Paraguay y Bolivia, e incluso intervención de personas de nacionalidad brasileña”.
El nexo en Posadas
Uno de los integrantes de la banda que lideraba Florentino Niemiz residió en Posadas.
Se cree era el nexo entre Comando Vermelho y los encargados de los “narcovuelos”, identificado como Marino Divaldo Pinto de Brum. Las pistas que dejó en su estadía en la capital misionera luego fueron claves para su captura. Es que los gendarmes hallaron en una vivienda de la periferia posadeña documentación que señalaba su titularidad en el alquiler de varios campos en la zona rural de Santo Tomé. Durante ese procedimiento, Pinto de Brum dejó abandonada una camioneta blindada y otras evidencias.
La banda de los “narcovuelos” cayó a fines de 2013, tras un operativo de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA), llamado “Ciervo Blanco”. En ese procedimiento, desarrollado en dos estancias de la localidad correntina de Santo Tomé, se detuvo a los integrantes de la banda y se incautaron de más de 300 kilos de cocaína, avionetas, armas y diversos vehículos.
Tras un juicio, los integrantes de la banda fue condenada, el 11 de abril de 2017, a penas de hasta 20 años de prisión, en tanto que los campos, avionetas y vehículos fueron transferidos al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
El modus operandi de la banda era que los aviones Cessna llegaban de Bolivia o Perú, con 300 kilos de panes de clorhidrato de cocaína, en promedio. En las pistas clandestinas diseñadas en la zona rural de Santo Tomé los esperaban los otros integrantes de la organización. Aterrizaban, descargaban la cocaína, reponían combustible y partían. Todo debía durar no más de 50 minutos. Luego ese cargamento partía a Buenos Aires en otras aeronaves.