Leyendo a Humberto Maturana encontré que dice: hay tres nuevos derechos humanos…
1- Derecho a equivocarse.
2- Derecho a cambiar de opinión.
3- Derecho a irse de un lugar sin que alguien se sienta ofendido.
Me pareció interesante compartir este tema para pensar sobre esto.
¿Cómo solemos ser cuando alguien se equivoca o lo hacemos nosotros? ¿Somos tolerantes o críticos y severos?
A quién no le ha pasado que cuando nos equivocamos no sólo hay crítica del de afuera sino tampoco nosotros nos permitimos errar dando por hecho que tenemos que saber todo y así muchas veces nos frustramos, dejando de intentar ir por lo que ¡deseamos!
Cuando cambiamos de opinión sobre algo solemos escuchar esta frase: “no resiste a un archivo”, pero en realidad estamos cambiando todo el tiempo. A veces entramos a un lugar y salimos diferentes, escuchamos otras opiniones, entendemos las cosas de otra forma, nos transformamos y podemos cambiar de opinión, no importa qué hayamos pensado antes, creo que esa es la evolución que estamos necesitando: poder cambiar de parecer y no ser juzgados.
Y en cuanto a irnos de un lugar cuando queremos sin que alguien se sienta ofendido me parece tan sano no sólo para el que se va sino también para los que se quedan. ¿Quién quiere que alguien esté donde no quiere estar?
Esa persona con toda su energía de cansancio, desgano o aburrimiento también nos termina intoxicando, ¡dejemos que se vaya! O si queremos irnos nosotros también hagámoslo, ¡seamos libres!
Tenemos todo el potencial para elegir sobre nuestra vida, pero es necesario dejar de pensar tanto en el qué dirán.
Entiendo que nos importe lo que piensa el otro, somos seres sociales, necesitamos agradar, pero podemos empezar a ser coherentes. ¿Por qué nos molestaría si alguien no quiere estar ahí? ¿Por qué obligarlo? ¿Por qué no dejar que el otro sea libre?
Hoy los invito a pensar en estos derechos, ¿estamos de acuerdo?
¿Nos animamos a practicarlos y animar a otros a que también los hagan?
Tantos problemas se terminarían si dejamos que cada uno sea como es. Me imagino una sociedad libre si empezamos a ser más nosotros mismos. Aceptándonos así como somos.