
Los trillizos de San Vicente celebraron su primer año. Nacieron el 3 de abril de 2020 en una clínica de Oberá, cuando en el país se transitaba la cuarentena obligatoria debido a la pandemia de COVID-19. Ese día, con la llegada de Tomás Amadeo, Ian Aron y Noa Mateo, la familia Ruvidarte Benítez se agrandó y pasó a tener siete integrantes en total, ya que los padres Sebastián y Carolina ya tenían dos hijos: Emily Anahí y Alexander Benjamín.
En esta oportunidad, sus padres decidieron no hacer festejos por las cuestiones sanitarias y así preservar la salud de todos. “Ya tendremos tiempo para festejar sus cumpleaños cuando todo esto pase y ellos podrán disfrutarlos también. Vamos a hacer algo con los familiares y padrinos”, contó su madre Carolina a PRIMERA EDICIÓN.
El matrimonio sabía que eran los tres los bebés que se estaban gestando y se empezó a preparar para una atención múltiple simultánea de niños. La mujer recordó cómo fueron los primeros días tras los nacimientos. “Sabíamos que sería un gran desafío. Las primeras semanas fueron llevaderas, pero era un tema dormir por las noches porque los bebés demandaban mucho tiempo para atenderlos”, recordó.
Admitió que “la adaptación fue complicada porque ellos demandaban demasiado tiempo y mucha dedicación. El papá trabajaba, venía al mediodía, comía y se iba nuevamente. Estaba más a la noche con nosotros y los fines de semana”.
“Tuvimos que adaptarnos porque justo estábamos en cuarentena y mi hija Emily tenía clases virtuales y había que ayudarla con las tareas. Pero supimos llevar todo junto”, contó a este Diario.
Carolina sostuvo que “hoy en día los bebés están muy sanitos, no tuvieron ningún problema y cada vez están más grandes”.
Describió que “los primeros meses había veces que lloraban los tres al mismo tiempo, pero ahora no. Juegan todo el tiempo que están levantados, a veces se miran entre ellos y se ríen. Es como que se están dando cuenta que no es sólo uno sino que son más”.
En cuanto a Emily y Alexander, la madre señaló que “se adaptaron bien. Los hermanos mayores me ayudaban mucho y son muy cuidadosos. Benjamín es más inquieto y le encanta jugar con sus hermanos”.
Entre gatear y pararse
Carolina comentó cómo es el carácter de cada uno de los pequeños trillizos. “Tomás es muy buenito y no es de llorar mucho, lo hace sólo cuando tiene hambre o sueño. A Noa le gusta llamar la atención, es muy picarón y le encanta estar en brazos. Ian también es picarón y hace muecas. Es muy unido a su hermana Emily y le encanta jugar con ella”, precisó la madre.
Los trillizos disfrutan escuchar las canciones de la “Granja de Zenon”. En la actualidad, están en una etapa que gatean y recorren toda la casa. Noa fue el primero en comenzar y fue seguido por su hermano Amadeo, pero este fue el primero que se sentó y el único que se agarra por los muebles y se anima a los primeros pasos. Ian es el último que gateó y todavía no se para.