No aprende el humano de la teoría
las clases magistrales que da la vida,
y si a ella hemos venido a aprender,
a conciencia hacerlo es menester.
La teoría podrá ser comprobada por la ciencia,
las religiones podrán imponer las creencias
y como nunca antes el conocimiento revelándose está,
mas Dios hizo un cuerpo al hombre con el cual asimilar
ya que el juego se trata de experimentar
y es con los sentidos y algo más,
que al saber, integrarlo a sí mismo podrá.
Debe en la experiencia el sentimiento estar presente
pero imposible es la realización lograr, a menos que se intente.
“Más vale un gramo de práctica que una tonelada de teoría”, Swami Sivananda.
De mil maneras he tratado de decirles, basándome en comprobaciones de la ciencia, en escritos sagrados y todo aquello que pueda ayudar a su mayor comprensión de que somos los creadores de la realidad. Pero todo queda como un interesante escrito y en un vano intento de mi parte de hacerles carne este entender si no lo experimentan por ustedes mismos y para que deje de ser algo mágico o paranormal, deberán empezar la práctica de la materialización de sus deseos con cosas tontas, así, al lograrlo les dará las fuerzas de querer intentarlo con cosas mayores. Ejemplo:
1) El deseo es el motor: deseo una flor amarilla. (Mi deseo no debe perjudicar a nadie y siempre será para el mayor bien de todos).
2) Me imagino a mí misma con la flor amarilla. (Me veo con el ojo de la mente, me pienso o lo que me salga).
3) La miro, la toco, la huelo. (Trato de sentir esas sensaciones como si realmente las estuviera experimentando).
4) Siento en presente la alegría de tener el objeto de mi deseo. (No importan los pasos previos ni cómo lo consigues, si te la regalan, la encuentras en la calle o la ves y te la compras).
5) Agradezco al cielo por su regalo.
6) Repito este ejercicio hasta que se cumpla, la mejor hora es antes de quedarnos dormidos o si me doy cuenta que estoy soñando, (sueño lúcido) lo incluyo en el sueño.
7) Practiquen jugando y diviértanse como niños con sus creaciones.